Los más de 6.000 volúmenes de la Biblioteca Lobo han regresado al Ayuntamiento de San Fernando más de 15 años después de su obligado traslado a causa de las obras de rehabilitación del inmueble, completadas el año pasado. 

La mudanza desde el sótano de la biblioteca Luis Berenguer, donde estos fondos bibliográficos de gran valía han estado de manera provisional desde entonces, se acaba de completar. Así lo ha desvelado hoy la alcaldesa, Patricia Cavada, al valorar "el lugar excepcional" que acogerá a la Biblioteca Lobo tras la intervención llevada a cabo en el Palacio Consistorial. Se trata además de una de las primeras dependencias que vuelve al Ayuntamiento una vez completados los trabajos de rehabilitación. 

La colección, que ya antes de las obras estaba presente en una de las salas nobles del Ayuntamiento habitualmente utilizada para actos culturales, destaca por su gran valor. Su mayor tesoro se considera que es la primera edición del Diccionario de Autoridades de 1726, es decir, la primera edición dela recién creada Real Academia de la Lengua. Se trata además de un curioso ejemplar que le regaló personalmente el rey Felipe V a Guillermo Macé y Auffray –primer ascendiente de los Moreno de Guerra– que era un cónsul francés y comerciante que vivía en La Isla, cuando alojó al monarca en su vivienda. El rey le hizo este obsequio en agradecimiento por su hospitalidad que recogió además una cartela con semejante acontecimiento. Fue Juan Nepomuceno Moreno de Guerra quien lo donó ya a manos municipales.

La Biblioteca Lobo cuenta también con ediciones antiguas de El Quijote y una colección de prensa hispanoamericana, entre otras curiosidades. 

Cavada y María José Foncubierta visitan la Biblioteca Lobo tras el traslado de los volúmenes.

Entre las obras más destacadas se incluye también una edición de Encyclopédie o Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, la famosa Enciclopedia editada entre los años 1751 y 1772 bajo la dirección de Denis Diderot y Jean le Rond d'Alembert, que contiene 72.000 artículos de más de 140 colaboradores, entre los que destacan Voltaire, Rousseau, Condillac o Turgot.

Otras de las obras más destacables por su antigüedad del legado de Lobo son estas dos del siglo XVI: el Anquitatum Romanorum, de Dionisio de Halicarnaso (Basilea, 1549), y el De Arte Gimnastica. Libri Sex, de Geronimo Mercuralis (Venecia, 1569). Ya del siglo XVII destaca un Atlas Geográfico fechado en 1666.

Junto a estas joyas bibliográficas -explica también el Ayuntamiento en un comunicado- destacan muchos otros volúmenes, "algunos de ellos aportados a lo largo de los años por otras instituciones y personas relevantes -Real Observatorio de Marina, Academia de Historia, la biblioteca del propio Alfonso XII, D. Emilio Croquer- otros adquiridos por el Consistorio y también los cedidos por los propios autores".

Durante este proceso de reordenación de esta biblioteca, algunos de los volúmenes serán trasladados también al Archivo para su depósito, y los ejemplares de consulta más frecuente o que tienen un tratamiento especial permanecerán igualmente en la sala de consultas del Archivo, en particular los que atesoran mayor información sobre la historia de la ciudad. 

La Biblioteca Lobo, antes de las obras de rehabilitación del Ayuntamiento.

Cavada ha destacado igualmente el espacio que específicamente se ha acondicionado para dar cabida a la Biblioteca Lobo, que permitirá expresamente su consulta y estudio por parte de investigadores y especialistas. 

También se ha referido a la feliz coincidencia que depara el bicentenario del nacimiento del almirante Lobo, que precisamente se celebra en este 2021 en el que se ha conseguido devolver la famosa biblioteca al Ayuntamiento. Eso sí, todavía habrá que esperar a que el edificio municipal se ponga en uso y vuelva a abrir sus puertas a los ciudadanos para poder visitarla. 

La alcaldesa, acompañada de la concejala de Cultura, María José Foncubierta, visitó la semana pasada las instalaciones para conocer de primera mano los trabajos para la adecuación de los fondos que se llevan a cabo bajo la supervisión del director del Archivo Municipal, José Luis López Garrido. 

Ejemplar de la primera edición del Diccionario de Autoridades y otros fondos de la colección, en el sótano de la Luis Berenguer.