Personas sin hogar

Los colectivos reclaman la puesta en marcha del albergue de baja exigencia en San Fernando

  • El gobierno asegura que trabaja con Esisa en la búsqueda de un espacio adecuado

Preparación del albergue provisional, el pasado marzo.

Preparación del albergue provisional, el pasado marzo. / Ayuntamiento San Fernando

¿Qué ocurre con el albergue de baja exigencia que el Ayuntamiento de San Fernando prometió tras el primer estado de alarma por el covid-19? ¿Por qué no hay ya definido un espacio para su puesta en marcha ante la llegada del mal tiempo? O ante un posible nuevo confinamiento, o un adelanto del toque de queda. Los colectivos que ayudan a las personas sin hogar, como la Comisión Justicia y Paz o Calor en la noche, muestran su preocupación ante la falta de actuación. Desde el gobierno, sin embargo, aseguran que siguen trabajando para disponer de un lugar adecuado para este albergue.

Milagrosa Fernández Bey, de Justicia y Paz, destaca el buen funcionamiento del albergue provisional que habilitó el Ayuntamiento con el primer estado de alarma y que sirve de ejemplo para estas instalaciones que se reclaman y que permitirían una atención adecuada ante los problemas psicológicos o la falta de autonomía personal que buena parte de las personas que viven en la calle tienen. "Un abuelo, una persona enferma, dos chicas, una pareja, un señor que está pendiente del ingreso mínimo vital", apunta a los distintos perfiles de quienes saben que están sin un techo en estos momentos. "Con el toque de queda a la pareja la paró la Policía Local un día, y les pidieron que se metieran en algún sitio cuando dijeron que no tenían donde quedarse. Se les ha ofrecido el albergue Federico Ozanam", explica Bey.

No tiene constancia de ningún incidente Mari Carmen Molinero, de Calor en la noche, que se preparaba el viernes por la tarde para las rondas que los voluntarios del colectivo hacen cada viernes. "Estoy negativa, porque no veo que se haga realidad. Se suponía que cerraban el provisional y abrían el de baja exigencia. Un día me llegaba que ya tenían un lugar y que había que hacer obras y otro que estaban buscando sitio", se queja.

Ambas entidades ven insuficientes las instalaciones del albergue actual, por la dificultad de acoger a más personas y mantener las medidas de seguridad por el covid; y por las normas que aplica y que pueden ser cumplidas por algunas de estas personas, pero no por otras. "El mundo de las personas sin hogar es complicado", sostiene la secretaria de la Comisión de Justicia y Paz. Por ejemplo, con un fuerte desarraigo muchos "encuentran en los animales sus familias", por eso es normal que se nieguen a dejarlos. Sin embargo, tanto Milagrosa como Mari Carmen dejan claro que "con todas estas características" hay alternativas. "La prueba está en que en el albergue provisional se adaptaron, pero necesitan personal que les ayude", aclara Molinero.

Fernández Bey muestra su preocupación porque se esté paralizando su puesta en marcha por considerar que puede haber "un efecto llamada", de manera que se prefiera buscar alternativas en albergues de otras localidades. El concejal de Desarrollo Social, Jaime Armario, rechaza que esa idea haya sido sopesada por el gobierno municipal, "que quede claro que no es así", insiste. De hecho, explica que se trabaja con la Empresa de Suelo Municipal (Esisa) para buscar el espacio adecuado. "Ya hemos visto varios", apunta. Por el momento, han optado por adelantar las diez plazas extraordinarias que se habilitan para la llegada del frío.

El albergue de baja exigencia se gestionaría, frente a un modelo asistencial, bajo un modelo de intervención social, que trabaje en el desarrollo de las personas, y con normas de convivencia adecuadas, expone Armario.

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