El artista de San Fernando Javier Belizón: “La esencia se pierde cuando hay que hacer una canción para gustar”

MÚSICA

El cantante y compositor isleño publica una trilogía musical muy personal a ritmo de pasodoble carnavalero

El próximo 24 de mayo ofrecerá un concierto en el Real Teatro de las Cortes

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El músico Javier Belizón (San Fernando, 1987).
El músico Javier Belizón (San Fernando, 1987). / Fabio Pérez

San Fernando/Poseen los músicos el don de convertir el dolor en belleza, la oscura tristeza en inspiradora luz, el desasosiego vital en esperanzador futuro. El cantante, compositor y productor cañaílla Javier Belizón invoca de personalísima manera este privilegio de artesano con el fin de mostrarle al público su personal diario sentimental en tres actos, privilegiada trilogía melódica a ritmo de pasodoble carnavalero. Una suerte de “terapia absoluta” para el creador de San Fernando que le está reportando grandes alegrías.

Vive el artista una etapa luminosa, “es cuando más tiempo me estoy dedicando a mí mismo, más ilusión le estoy poniendo a lo que hago y, a la vez, cuando más estoy recibiendo el cariño de la gente, que me escribe porque se siente identificada con la historia. Con eso ya me siento satisfecho, la música me está devolviendo auténticas maravillas y estoy en una nube”, confiesa.

Javier Belizón.
Javier Belizón. / Fabio Pérez

Aunque el éxito no es solo suyo. Explica que “más que hablar de mi persona, me gustaría destacar el mérito que tienen los padres para cada uno. Por ejemplo, cómo los míos supieron darme mi sitio de nuevo y me ayudaron a recuperarme después de una etapa bastante caótica, de caminos equívocos y direcciones contrarias”. Concreta así Javier Belizón que “el primer pasodoble, Amor primero, trata del amor propio, de la importancia de quererse a uno mismo antes que a nadie. La segunda parte –continúa–, La confesión, es cuando llamo a la puerta de mi casa y les cuento que mi vida es un desastre y necesito meterme en algún rinconcito para recuperar ese cariño y la esencia de mi persona. Y el tercero –remata–, El adiós, es cuando ya me recupero y decido, después de haberles dado tantos disgustos, coger mis maletas y volver a tomar el vuelo”.

En resumen, pretende el músico con "estas letras que son muy de verdad" compartir "lo importante de tener gente cerca, valorarla y dejarnos de tantos jaleos, que estamos con muchas redes sociales, mucha hipocresía –relata con cierta desazón–”. Añade así que “con los teléfonos móviles estamos desvirtualizando un poco la realidad y, a la larga, nos va a hacer bastante daño a todos. Tenemos la costumbre de estar muy pendientes a todo lo que sucede a nuestro alrededor, de contentar siempre a los demás, de querer quedar bien, de ser tan correctos que, a veces, nos olvidamos de lo más importante: nosotros mismos”. Con la intención de no dejar de pisar suelo, dice Belizón que “intento estar siempre cerca de mi gente, apoyarme en ellos, quererlos, amarlos y dejarme querer también. Pero, sobre todo, quererme a mí”, abunda al respecto.

Era necesario desnudarse para cicatrizar heridas y sentirme orgulloso de mí y de donde vengo”

Alumbrar sentimientos

El proceso compositivo de esta tríada de canciones ha sido, relata Javier Belizón, “algo más doloroso porque se hizo en pleno caos. Lo que pasa es que no me he visto preparado nunca para mostrarlo públicamente. Tengo amistades que me decían: 'quillo, ¿pero es necesario que te desnudes tanto?'. Para mí sí –confirma–, para cicatrizar esas heridas y sentirme orgulloso de lo que soy y de donde venía. Creo que es importante que todo aquel que me siga entienda mi forma de expresarme y conozca más sobre mi persona”, afirma.

Tanto la exposición como la recepción de su trabajo la asume Javier Belizón como “una terapia ahora mismo, pero sé que a la larga va a ser un buen sustento para mi carrera”. En ese necesario de tú a tú que supone el intercambio entre creador y público, el cantante y compositor se posiciona argumentando que “más que brillar o deslumbrar, hay que alumbrar un poco, que lo que se haga sea muy de verdad, de calidad, de corazón, aunque el proceso sea más lento”. Porque en esto del hacer, sentir y compartir, Belizón no confía en la suerte, sino en "la constancia, el tiempo y la perseverancia. ¡Hombre!, después tienes que ser bueno en lo que haces –aclara–, tampoco podemos comprarlo todo”.

No comparte, en sintonía con lo expresado, los tiempos que parece imponer la industria. “Es la parte más negativa de esto, esa obligación, entre comillas, de tener que estar ahí. Incluso hay compañeros –ejemplifica– que están dejando la música porque tienen problemas de salud mental y obsesión por estar en redes, coger seguidores, tener reproducciones. Es algo que nos suma muchísimo porque estamos a un clic del mundo, pero también tenemos que cuidarnos. Deberíamos de cantar, componer y hacer conciertos, no estar obligados a crear contenido, tener que hacer una canción para que le guste a la gente, porque creo que, a partir de ahí, se pierde el artista, la esencia y la verdad”, sentencia.

La autenticidad de Javier Belizón en directo la podrán disfrutar sus seguidores el 24 de mayo en el Real Teatro de las Cortes de San Fernando, pistoletazo de salida a próximas fechas este 2025 y una gira en 2026, que acompañará a un futuro lanzamiento que anuncia para “final de año, un disco completo de once canciones inéditas, que no tendrán que ver con estos pasodobles, pero sí con la forma de sentir que tengo en ellos”.

Alma carnavalera

Adora Javier Belizón la fiesta grande de Cádiz y su ya finalizado Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC), que este 2025 ha calificado como “muy chirigotero en cuanto a calidad –esta entrevista se hizo durante la fase de preliminares –. Tiene cositas muy bonitas y estoy muy feliz”.

El Carnaval te permite contar una historia en muy poco tiempo y he querido aprovecharlo”

Destaca, por otro lado, a la cantera y específicamente a la chirigota infantil ‘Mushu Carnaval’: “No se entiende que quedaran fuera de la final porque estaba supertrabajaísimo y, además, salían mis dos hijos”, reivindica.

Belizón considera el Carnaval “una fuente de inspiración y una forma de expresión que te permite en poco tiempo contar una historia. He querido aprovechar eso en los tres pasodobles, aportar un poquito más de Carnaval al mundo porque hay que expandirlo sin perder la esencia nuestra”, finaliza.

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