Hay una cifra que lo ha hecho posible: 550 personas que cada semana sacan una hora de su tiempo -de su familia, de sus ocios, de su descanso y hasta de sus horas de sueño- para conseguir que la capilla de la adoración permanente al Santísimo esté abierta durante las 24 horas del día, de lunes a domingo. Ininterrumpidamente. Hasta de madrugada.

En noviembre, la iniciativa cumplirá un año. Y la experiencia -pionera en la Diócesis de Cádiz y Ceuta- no puede haber dado mejores frutos. Así lo asegura Francisco Vázquez, la persona encargada de coordinar a este más de medio millar de fieles isleños -los 'adoradores'- para que todos los días, todas las horas y todas las semanas estén siempre cubiertas. No es una tarea fácil, admite. Exige de una organización prácticamente constante para la que se vale de 24 responsables de horas y de cuatro coordinadores que se ocupan de los tramos de la madrugada, la mañana, la tarde y la noche. Hasta ahora han podido llevarla a cabo con éxito. "Ha sido una experiencia muy buena", reconoce. Y -recuerda- fue sorprendente la facilidad con la que hace ahora un año, cuando se dio a conocer la intención de abrir en la ciudad una capilla con el Santísimo expuesto durante las 24 horas del día de manera ininterrumpida, empezó a apuntarse la gente. Hay además un fuerte componente personal, espiritual, que esta experiencia ha arrojado como saldo entre todos los voluntarios que comparten su tiempo con la oración al Santísimo. Es algo que han notado y que suelen comentar, dice Francisco Vázquez.

Con motivo de su primer anivesario, el obispo diocesano, Rafael Zornoza, presidirá una eucaristía de acción de gracias en la misma capilla -junto a la residencia de San José, en la calle Tomás del Valle- el próximo viernes a partir de las 18.00 horas. Posteriormente, a partir de las 20.30 horas, participarán en una cena de confraternidad que se desarrollará en los salones de celebraciones Yeyo.