Como es costumbre, el cementerio isleño registra durante este fin de semana de vísperas del Día de los Difuntos gran cantidad de visitas. Fieles a la tradición, numerosos isleños aprovechan para acercarse hasta el lugar donde descansan los restos de sus seres queridos para honrar su memoria, adecentar sus nichos, reponer flores, rezar por ellos y, en definitiva, para recordarles. 

Eso sí, la situación excepcional provocada por la pandemia del coronavirus y las restricciones impuestas con el nuevo estado de alarma han obligado al Ayuntamiento a implantar un protocolo específico para evitar grandes concentraciones de personas en el camposanto en estos días. 

En ese sentido, el cementerio se ha dividido en dos sectores para canalizar la afluencia de público a través de dos accesos diferentes -a través de la puerta principal y de la puerta lateral- y desde hoy se ha cortado el paso de vehículos de la calle Puerto de Palos entre la entrada principal y la calle Álamos para que la circulación de personas sea lo más ordenada posible y no se vea afectada por el tráfico. 

Desde el Ayuntamiento se habían lanzado ya varias recomendaciones, entre ellas, que las visitas se limitaran a unos 30 minutos y que cada persona llevara sus propias botellas de agua para rellenar los jarrones de flores existentes en las tumbas o lápidas y así evitar el uso de fuentes o puntos de agua. Tampoco se permiten grupos de más de cuatro personas. 

Visitas en el cementerio en las vísperas del Día de los Difuntos.

La misa que cada año se dedica a los Difuntos en la jornada del 2 de noviembre se ha trasladado también a la cercana parroquia de San José Artesano, con mayor aforo que la capilla del camposanto, donde se celebrará a partir de las 11.00 horas. 

Ese mismo día, siguiendo la costumbre, la Armada tiene también previsto rezar un responso por los fallecidos en el panteón que posee en el cementerio de San Fernando.