El centro de Sevilla se despedirá definitivamente de los cables y postes del tranvía antes de otoño. El Ayuntamiento de la capital hispalense acaba de anunciar hace unos días la retirada de las catenarias a lo largo de toda la zona monumental comprendida entre la avenida Constitución, el Prado y la calle San Fernando. La inversión asciende a 245.000 euros y los trabajos se prevé que den comienzo en este mismo mes de julio. El Consistorio ha hablado de "descontaminar" visualmente este entorno histórico gracias a los últimos avances tecnológicos que permiten que las unidades del tranvía se recarguen en las paradas y que se sume un nuevo tramo sin catenarias al que ya existe desde 2011 (desde Plaza Nueva hasta el Archivo de Indias).

El asunto sevillano reaviva una de las viejas polémicas que ha rodeado al tranvía de La Isla desde sus inicios: los recelos de vecinos, comerciantes y hosteleros al impacto estético que ocasionarán las catenarias en plena calle Real, un debate que recientemente ha cobrado vigencia con el comienzo de las obras para la instalación del tendido eléctrico en los tramos más próximos a La Ardila.

Hace cuatro años, cuando ya las obras del tranvía estaban en marcha en La Isla, se planteó también la posibilidad de prescindir de las catenarias al menos en una parte de la calle Real. La propuesta, que el PP puso entonces sobre la mesa y que incluso trasladó con éxito al Pleno de la Corporación Municipal, alentó cierto debate entre la ciudadanía, que puso de manifiesto esa incertidumbre ante los efectos visuales de los postes y del cableado de este nuevo sistema de transporte metropolitano. Se quería que el tranvía, a su paso por la calle Real, se abasteciera a través de estos acumuladores de energía que entonces estaban probándose. No se apuntaba a un tramo concreto del trazado por el centro sino, en general, a la mayor longitud que la máquina pudiera técnicamente recorrer valiéndose exclusivamente de este sistema, que ahora se ha mejorado.

La propuesta -aunque desde el Ayuntamiento se realizó la consulta pertinente a la Junta de Andalucía como promotora de la actuación- no prosperó y, con el tiempo, cayó en el olvido. Entre otras cosas, porque hasta hace unas semanas no han dado comienzo los trabajos para la instalación de las catenarias en el tramo de San Fernando (se prevé que se prolonguen hasta finales de año). Otros problemas más acuciantes -entre ellos, la famosa sentencia del TSJA que declaró nulo el proyecto y que ahora ha vuelto a cobrar actualidad de la mano de una plataforma ciudadana antitranvía- acapararon entonces la atención en torno a esta controvertida actuación.

La eliminación de las catenarias en un nuevo tramo del trazado del tranvía en Sevilla es posible gracias al nuevo sistema energético que la empresa CAF (encargada de la fabricación de los tranvías) ha diseñado, basado en la utilización de ultracondensadores. De esta forma, las unidades móviles se recargan en las paradas durante 20 segundos mientras que los pasajeros suben y bajan del tranvía. El sistema permite incluso un ahorro del 20% en el consumo de energía (unos 4,8 euros la hora).

Pero este sistema no es aplicable al caso isleño. San Fernando no puede prescindir de las catenarias, al menos por ahora. Ayer lo confirmaron fuentes de la Agencia de Obra Pública de Andalucía. No se descarta que, en un futuro, nuevos avances técnicos permitan esta posibilidad, pero por el momento es inviable. Hay una razón fundamental: este sistema que permite la recarga de las unidades en las paradas es incompatible con el funcionamiento de un tren-tranvía, que dispone de sistemas de electrificación más complejos para poder funcionar también en la vía férrea.