El traslado de la batería de Alburquerque, afectada por el trazado del tranvía metropolitano, parece cada día la opción más viable que las administraciones barajan para salvar a esta antigua fortificación, integrada en el conjunto defensivo del Sitio Histórico del Puente Zuazo y que ahora -precisamente ahora- será rehabilitada con vistas a la conmemoración del Bicentenario de Las Cortes.

La Delegación Provincial de Obras Públicas, promotora de las obras del tranvía, ha redactado un proyecto para acometer el traslado de esta batería defensiva, que sería reubicada a tan sólo unos metros de distancia. De esta forma, la fortificación quedaría dentro del conjunto defensivo del que forma parte -que, por otro lado, se pretende hacer visitable- sin verse afectada por el trazado de este nuevo medio de transporte público metropolitano.

De momento, no hay una decisión definitiva al respecto, como bien puntualizaron fuentes de la Delegación Provincial. El proyecto se ha redactado y, ahora mismo, está siendo supervisado. La decisión no está tomada, pero el callejón sin salida en el que se había convertido el problema de la batería de Alburquerque -que se encontraba justo a mitad del camino del tranvía- parece que empieza a resolverse después de seis meses. Hay, por lo menos, una opción preferente y un proyecto.

Ya la semana pasada, el responsable municipal de la coordinación de las obras del tranvía, Manuel Prado (PA), afirmó a este periódico que el traslado de la batería era la alternativa más factible para salvar la fortificación y continuar el trazado previsto para el tranvía y que, de hecho, esta actuación estaba siendo estudiada por parte de la Junta de Andalucía.

La propuesta inicial del proyecto del tranvía -que pasaba por soterrar la fortificación- era rechazada de lleno por el Ayuntamiento, que la consideraba una medida incongruente con la apuesta por la rehabilitación del conjunto histórico que intenta impulsar desde hace ya varios años.

Cierto es que las baterías y el entorno defensivo han pasado décadas y décadas sumidas en el más absoluto de los olvidos. Han sido utilizadas como aparcamientos, chatarrerías e, incluso, como clubes nocturnos. Además, han sufrido daños irreparables con las sucesivas reordenaciones del tráfico que se han acometido en la zona durante los últimos años. Si se tiene en cuenta todo esto, soterrar la fortificación para conservarla del mismo modo que se acaba de hacer con los restos arqueológicos del campo de hockey de Camposoto, no parece en principio una opción muy descabellada.

Pero esta actuación chocaba de lleno con el proyecto estrella del Bicentenario de Las Cortes, una actuación que, precisamente, está pendiente de licitación por parte del Ministerio de Fomento. Este ambicioso proyecto -promovido desde el Ayuntamiento- aspira a rehabilitar todo el conjunto defensivo histórico y a convertirlo en un paseo peatonal. Coincide además todo con una fecha tan significativa como es el 2010, en la que la recuperación patrimonial de este enclave -protagonista del asedio de la Guerra de la Independencia- cobra especial relevancia y notoriedad.

El proyecto para la rehabilitación del Sitio Histórico proponía la construcción de un viaducto sobre el que circularía el tranvía. La batería quedaría a salvo abajo. Pero esta opción parece también haber quedado descartada. De hecho, no está contemplada en las obras del tranvía por esta zona de Tres Caminos.

El problema salió a la luz a medida que el trazado del tranvía iba tomando forma en la zona y los trabajos iban avanzando en el enlace entre las ciudades de San Fernando y Chiclana. Las obras, en este punto concreto, quedaron paralizadas mientras que las administraciones implicadas -Ayuntamiento, Obras Públicas y Cultura- se ponían de acuerdo. Los trabajos, sin embargo, continuaron en el resto del camino y también por las inmediaciones, donde las máquinas no han cesado la faena.

El conjunto defensivo del Sitio Histórico está compuesto, además de la batería de Alburquerque, por las de Ángulo, San Pablo, Santiago, San Ignacio, San Pedro y de la Concepción. A ello se suma el Real Carenero -el primitivo astillero de la Bahía- el propio puente Zuazo y el baluarte del Caballero Zuazo. Todo ello, repartido entre los términos municipales de San Fernando y Puerto Real, entre el caño de Sancti Petri y la zona conocida como Tres Caminos. Su importancia histórica fue decisiva durante la Guerra de la Independencia ya que frenó el avance de las tropas francesas.

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