La Junta se reafirma en su argumentación

El retraso en la subvención no implica cambios de los plazos para la justificación de la obra

Alejandro Díaz / San Fernando

08 de julio 2012 - 01:00

Tras concluir el plazo del que disponía la Vera Cruz para justificar el final de los trabajos de la escuela taller Cristo Viejo en su capilla ante los órganos correspondientes de la Consejería de Hacienda y Administración Pública, la corporación se enfrenta a una posible aminoración sobre la última parte de la subvención o, en el peor de los casos, a tener que reintegrar parte de las ayudas recibidas en primera instancia.

De cualquier forma, y aún siendo factible la obtención de cierta flexibilidad con los plazos de la documentación a entregar -cuando ésta se retrasa algunos días- no sería el caso de los pagos a proveedores y trabajadores ya que, desde la Junta, se subraya que los mismos "no pueden efectuarse con cargo al importe subvencionado a partir del 30 de junio".

La cuestión es que, al tratarse de una subvención, los abonos están sujetos a la disponibilidad de presupuesto liberado en la Junta, por lo que se presupone a la entidad una base de solvencia económica que permita la conclusión de los trabajos dentro de plazo, aún en caso de producirse un posible retraso de la citada ayuda. Cabe recordar, a este respecto, que la cofradía no cerró la entrega de documentación justificativa del 50% hasta resolver los reparos dictados por la Consejería en su primera presentación. Fue entonces cuando la Junta se quedó sin la incorporación del crédito comprometido procedente del ejercicio 2011.

Dentro o fuera de los plazos previstos, la falta de liquidez de la hermandad para hacer frente a las deudas es una realidad. Uno de los puntos de la resolución de la Consejería de Empleo establece que es la propia cofradía quien tiene el deber de abonar los nóminas y la seguridad social con independencia de que llegue o no la subvención de la Junta. Ahora se enfrenta a las denuncias de los propios componentes de la escuela por no haberles pagado. La primera de ellas ya tuvo lugar en junio por dos alumnos ante la Junta y el Ministerio de Trabajo. La segunda llegó el día 2 de julio.

Todo ello sin olvidar los pagos a Tesorería, Hacienda y Seguridad Social que han sido fraccionados en un amago de ganar tiempo. Pero el agotamiento del periodo voluntario y posterior vía de apremio conllevaría al inminente embargo de los bienes de la hermandad. Esto incluye pasos procesionales, pértigas e insignias, bordados, obras de orfebrería y hasta las propiedades inmuebles como la casa de hermandad o el almacén. Las cuentas bancarias también serían susceptibles de embargo. Sólo quedan excluídas las imágenes titulares y la capilla en sí, bienes amparados bajo la influencia de la Iglesia.

Por si fuera poco, corren también por cuenta de la hermandad los intereses de la demora, el pago de impuesto de sociedades por un valor de 900 euros, la auditoría final de la escuela por un valor de 3.000 euros y el finiquito de los monitores por un valor de 4.000 euros. Datos éstos revelados durante el manifiesto que se leyó en la concentración del 22 de junio. En total, la hermandad debe pagar la cantidad de 7.900 euros más los intereses generados.

Dada la complicada situación, la corporación no puede más que presionar a las administraciones y buscar el apoyo del gobierno local, amén de volcarse con la creación de la nueva plataforma que, a buen seguro, contribuirá a solventar esta falta de entendimiento y rescatar por fin una parcela del patrimonio local. Algo que los isleños siempre recordarán por la fuerza de voluntad de los hermanos del Cristo Viejo.

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