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Ecce Homo preside el vía crucis del Consejo

Alfombra roja para la Cuaresma

  • Es el tiempo de La Isla y sus cofradías. La imagen de Jesús del Ecce Homo se ha encargado de anunciarlo en el acto penitencial que adentra a la ciudad en una nueva Cuaresma 

La Isla se ha revestido con el traje de la Cuaresma, ese que le sienta tan bien como si fuera su propia piel y que sabe lucir también mejor que ningún otro a lo largo de todo el año. Es el tiempo de La Isla y sus cofradías.

La imagen de Jesús del Ecce Homo se ha encargado esta vez de protagonizar esa apertura 'oficial' que marca cada año el vía crucis del Consejo de Hermandades y Cofradías. Es algo que ha quedado institucionalizado con la venia del Miércoles de Ceniza.

La popular cofradía del Lunes Santo ha sido esta vez la encargada de abrir esa ilusionante cuenta atrás de cinco semanas que media entre el primer lunes de la Cuaresma y el Domingo de Ramos. Lo ha hecho además con un motivo de peso: los 50 años de la bendición de la talla que su hermandad conmemora desde 2018 y que ha tenido con el vía crucis uno de sus momentos más especiales, compartido además con el resto de hermandades isleñas, con el mundo cofrade de San Fernando.

Una Cuaresma que empieza en la Pastora debe, necesariamente, ser siempre un buen presagio para la Semana Santa que se avecina. Y, de hecho, la imagen que el Ecce Homo ha regalado a La Isla a media tarde de este lunes de una incipiente Cuaresma ha sido de lo mejor: majestuosa y, a la vez, entrañable. Ha tenido esa virtud de remover nostalgias y de anunciar a La Isla que ya toca lo que toca. Porque este vía crucis que se lleva a cabo dentro de la Iglesia Mayor pero que tiene también su metafórico camino de ida y vuelta cumple en realidad una doble función: la de dentro del templo, que no es sino prepararse espiritualmente para la Semana Santa recordando la Pasión de Jesucristo; y la que hace afuera, en las calles, que es anunciar mejor que ningún cartel que viene una nueva Semana Santa.

El vía crucis del Consejo ha pasado en los últimos años a convertirse en uno de los actos cofrades que más se cuidan. Y eso se nota, claro. Da gusto verlo todos los años. Y la estampa que ha brindado el Ecce Homo en la fastuosa parihuela del Nazareno al dejar atrás la Pastora para encaminarse a la Iglesia Mayor ha sido  verdaderamente memorable.

Sin sus características potencias y con una túnica lisa. Así se ha mostrado la imagen de Nuestro Padre Jesús del Ecce Homo en el vía crucis. La hermandad ha optado por ceñirse a la austeridad propia del tiempo cuaresmal. Era lo que tocaba en un acto penitencial de este calibre. Claro que la talla ha lucido espectacular a bordo de la enorme parihuela nazarena que han portado miembros de la asociación Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC), los mismos que el Lunes Santo van bajo los palos de este señero misterio.

En el cortejo que ha acompañado a Jesús del Ecce Homo hasta la Iglesia Mayor se han podido ver a numerosos hermanos con sus cirios rojos. Y entre ellos a muchos niños y jóvenes. Ha sido una estampa alegre y agradable, para nada reñida con la solemnidad que marca el protocolo cofrade de los vía crucis. 

La hermandad ha llegado al filo de las ocho de la tarde a la Iglesia Mayor, no sin superar algunos inconvenientes ya que en los primeros tramos de su recorrido se ha encontrado con que en esos momentos no había agentes de la Policía Local para garantizar el paso de la cofradía y controlar el tráfico.

Ha sido, precisamente, al alcanzar la Iglesia Mayor cuando más gente se ha concentrado alrededor de la cofradía. Una vez dentro del templo, la imagen se ha colocado frente al altar para presidir el rezo de las catorce estaciones que ha marcado la característica cruz de guía de la hermandad.

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