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San Fernando

Dragado de La Casería en San Fernando, “la esperanza para tener agua y ser un club náutico”

Imagen del Club Náutico Casería de Ossio, tomada hace unas semanas.

Imagen del Club Náutico Casería de Ossio, tomada hace unas semanas. / Miguel Gómez

Apenas dos o tres horas al día pueden disfrutar los socios del club náutico de La Casería de San Fernando de la navegación con sus embarcaciones. Es el tiempo que tienen para salir de las instalaciones y poder regresar a ellas antes de que baje la marea y la falta de agua les impida llegar a su amarre. El dragado de la zona, que está en trámites administrativos para su adjudicación, permitirá limpiar todo el entorno de lodos y recuperar el calado necesario para que la circulación sea posible en todo momento. Es, en palabras del presidente de la entidad, Jerónimo Escudier, "la esperanza para tener agua de nuevo, para ser un club náutico" pleno.

"Después de cuatro años reclamando que se arreglara la situación, esta noticia la acogemos con los brazos abiertos", reconoce el representante del club que cuenta en la actualidad con una capacidad para 200 amarres, pero que solo tiene cubiertos apenas dos tercios, un total de 120 en concreto. "Subsistimos como podemos", admite. Precisamente ese origen, el ser un club social de pescadores, hace que siga funcionando.

Dos son las claves, entiende Escudier, para que sea posible. Una que ese origen humilde, "de gente que no son muy pudientes", el "tener un club pobre", hace que las cuotas sean bajas en comparación con lo que se puede abonar en otras dependencias marítimas de las inmediaciones. “No somos el club náutico de Elcano o Puerto América”, pone de ejemplo sobre dos instalaciones de Cádiz. La otra, la ubicación en La Casería. "Quienes nacieron aquí lo viven, esto es suyo", apunta, por lo que siguen apostando, a pesar de las dificultades, por el club.

No lo tienen fácil la entidad y sus instalaciones situadas al fondo del saco interior de la Bahía, en esta parte de litoral isleño "en la que mueren todas las mareas", que llegan con mucha fuerza arrastrando toda clase de desechos, además de los lodos. "Todo viene a parar aquí, al mismo sitio, y no solo nos afecta a nosotros sino a toda esta costa, también a Bahía Sur, por ejemplo", detalla Jerónimo Escudier. Arrastra botellas de plástico y de cristal, latas, otros residuos plásticos, materiales de obra, restos metálicos y todo lo imaginable, "todo, todo", sostiene. El emplazamiento también hizo que "con el dragado de Cádiz para la nueva terminal de contenedores estrecharan el espacio, hicieran un embudo, y los sedimentos de esa operación vinieran a parar a toda esta parte", se queja.

Las consecuencias de todo esto es que las embarcaciones de Club Náutico Casería de Ossio "duermen en fango", "ya ni siquiera con marea vacía, sino con media marea", advierte el presidente de la entidad. Los socios que persisten en continuar vinculados al lugar deben asumir que pueden hacer uso de sus embarcaciones apenas unas horas al día, sujetos por supuesto a las mareas, para poder salir y retornar mientras haya agua suficiente para ello. Son, señala el representante del club, unas dos o tres horas cada jornada.

El dragado de la zona, que salió a licitación a finales de julio y que a mediados de este mes cerró el plazo abierto para la presentación de ofertas de la empresas interesadas, se presenta como una solución "provisional", es decir no definitiva, para mejorar la situación. "Al menos habría que hacer una limpieza al año para mantener un estado adecuado", dejan claro desde el club. La actuación se plantea dada la realidad actual como una esperanza "para tener agua", "para ser un club náutico", comenta con cierta ironía Escudier.

La intervención consiste en la excavación de la dársena donde amarran embarcaciones adscritas al club náutico y del tramo inicial del canal de entrada y salida. Ya en 2012 se ejecutó una obra similar, pero las actuaciones en la Bahía de Cádiz y el arrastre de los fondos marinos han llevado a las instalaciones al punto de partida, con un problema que acarrean desde hace unos años, como insiste el responsable de la entidad, porque la aceleración en el relleno del fondo y por tanto la pérdida de calado bloquea el tránsito normal de las embarcaciones. Incluso, recogían los pliegos de condiciones del contrato en trámites, esta acumulación de lodos y otros materiales está perjudicando a las estructuras de los pantalanes que sufren una tensión excesiva que los está deteriorando.

La superficie que se atenderá se extiende por 12.482,06 metros cuadrados para llegar hasta una profundidad máxima de 1,05 metros en marea baja. Se prevé retirar unos 13.106,16 metros cúbicos de sedimentos para ello. En la limpieza del canal, en concreto en un tramo de 200 metros de largo y una superficie de 2.000 metros cuadrados, se busca alcanzar una profundidad de 0,80 metros y abrir una anchura de entre 6 y 10 metros. Se despejará para ello un volumen de unos 1.600 metros cúbicos.

Las prescripciones técnicas exponen el procedimiento de trabajo que se seguirá en esta intervención: con la utilización de una máquina excavadora anfibia, con la instalación de una pasarela de flotadores para transportar el material excavado, la ocupación de dos bandas de terreno junto a la carretera de los polvorines militares de propiedad municipal, el depósito de los fangos en el talud en ellos existente para que el agua retorne al mar y el transporte de los desechos en camiones hacia un punto de vertido autorizado en el Arsenal de La Carraca, en concreto sobre la balsa de acumulación de La Clica.

El presupuesto base de esta actuación licitada por el Ayuntamiento es de 254.773,53 euros con la previsión de que los trabajos se prolonguen durante 4 meses. "Estamos a la espera de que termine agosto, un mes de vacaciones en el que se suele ir el personal del Ayuntamiento, para que se convoque la mesa de contratación y se adjudique la obra para que se realice pronto", comenta Jerónimo Escudier.

Eso sí, abunda en que su ejecución supondrá una solución temporal porque el emplazamiento del club aboca a que los lodos y el resto de desechos vuelvan a acumularse por las fuertes mareas. De ahí que en su momento, algo que repite ahora, propusiera la construcción de una escollera que protegiera la superficie de los amarres y los pantalanes de tal manera que los sedimentos no alcanzase el lugar. "La escollera serviría para frenar los lodos, para que estos se asentaran en ese punto y de esta forma facilitara la limpieza cuando tocase", expone.

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