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Patrimonio

La Armada comienza la segunda fase de la rehabilitación de Torre Alta

  • Las obras se centrarán en las dos plantas intermedias y el arreglo del acceso a la azotea

  • La reapertura a los visitantes se estima para principios de 2019 

Torre Alta, durante los trabajos de rehabilitación de la primera fase en 2017.

Torre Alta, durante los trabajos de rehabilitación de la primera fase en 2017. / Román Ríos

Las obras de la segunda fase de la restauración de Torre Alta comenzaron ayer y se prolongará a lo largo de tres meses, por lo que el edificio permanecerá cerrado hasta principios de 2019, según la estimación que realiza el Ministerio de Defensa, que informó de la actuación en un comunicado.

La intervención se centrará ahora en las dos plantas intermedias de la torre, la iluminación exterior y la mejora del acceso a la azotea. Para ello la Armada cuenta con dotación económica propia, que había reservado de su presupuesto de 2018 para este fin. Ya la primera fase se financió íntegramente con fondos de la Armada, recuerda Defensa en el comunicado. Entonces, en agosto de 2017 los trabajos permitieron la rehabilitación de la fachada, de la escalera interior de caracol y de la exterior; el arreglo del entorno del inmueble y de la planta baja y la recuperación de la azotea.

Su inauguración a finales de noviembre de ese año ha permitido durante los siguientes meses abrir al público esta estructura que forma parte del complejo del Real Observatorio de Marina. Ha sido a través de visitas guiadas en distintas iniciativas turísticas o culturales y en los viernes de Torre Alta, "convirtiéndose en uno de los atractivos turísticos más destacados de la ciudad", como destaca la propia Armada.

"En estos meses ya sabíamos que la actuación iba a ser pronto", comenta la alcaldesa, Patricia Cavada, que destaca los resultados de la primera fase de la recuperación de esta torre almenara. "Era necesario ir recuperando los elementos patrimoniales", defiende Cavada sobre la importancia desde el punto de vista del patrimonio pero también para la oferta cultural y turística de la ciudad. Junto a la propuesta de la naturaleza y de sol y playa que ofrece La Isla, hay que destacar "el patrimonio y la relevancia cultural de la ciudad", insiste, en los que se enmarca esta puesta en valor de Torre Alta, pero también el cambio al Castillo de San Romualdo del Museo Histórico Municipal o la posibilidad de disfrutar del Museo Naval, "un plus diferencial respecto a otras localidades". La alcaldesa isleña muestra su satisfacción en este punto por la rehabilitación emprendida por el Ayuntamiento de las Casas Consistoriales "con su propio presupuesto". "La recuperación de este BIC (Bien de Interés Cultural) es importante para la administración, pero también para el patrimonio andaluz", añade.

En este sentido, incide en la apuesta en estos años de mandato por dar pasos para recuperar y aprovechar los elementos históricos, arquitectónicos y culturales con los que cuenta la ciudad, como puede ser también el futuro Museo Camarón. En este caso, Torre Alta viene, expone, a sumar al Observatorio de Marina, que ya tiene una gran repercusión turística, y que podría aumentar con la creación de un planetario en las inmediaciones (con fondos europeos de Iniciativa Territorial Integral de la Junta).

"En los últimos años Defensa ha iniciado un camino de recuperación del patrimonio", aplaude la doctora en Historia del Arte Yolanda Muñoz Rey, que resalta el paso dado Observatorio por dar a conocer sus fondos, ya sea con sus peculiaridades por ser un centro científico. "Ser enseñado no es un objetivo principal del Observatorio, pero en 265 años de historia el patrimonio tanto material como histórico de este centro científico –de relevancia nacional e internacional– es tremendo. Que la gente de la zona no lo conozca en su craso error", comenta Cristina Pita, encargada de las visitas guidas de este espacio de la Armada, que desconoce cómo se articularán las futuras visitas a Torre Alta, una vez termine la obra que permitirá completar la recuperación de esta torre vigía. Si se fijará uno o más días a la semana "se consensuará para evitar interferir en el funcionamiento del complejo", considera. Pita reconoce que el patrimonio de la zona "ha estado muchos años dejado de la mano", aunque la implicación de personas expertas e interesadas ha permitido que en los últimos años se hayan ido dando pasos. "En este caso, es fundamental recuperar una torre de vigilancia y comunicación, una de las pocas que permanecen en pie. Y sobre todo darle valor", matiza.

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