Yvonne Reyes ha vuelto a los platós para seguir dando rienda suelta a su conflicto paternal con el presentador Pepe Navarro. A las dudas de su paternidad se suman desde hace años acusaciones de supuestos malos tratos que dejan al veterano rostro televisivo en tela de juicio. Tras diversas acusaciones en el programa Viva la vida, Pepe Navarro decidió llamar este pasado domingo al teléfono de aludidos del programa para decir la suya. “Estoy harto de las mentiras de estas farsantes que se llaman Yvonne Reyes y Vanessa Martín. Son dos personas indignas y repugnantes. No sé cómo es posible que tengan el morro y la cara de salir a contar todo lo que cuentan, cuando todos sabemos que es verdad”, explicó el presentador. 

“Es mentira todo lo que dice, que haya una sentencia no quiere decir que eso vaya al cielo, se demuestra claramente que es mentira todo”, añadía, en un intento de defenderse de las palabras de su ex mujer. Pese a centrarse en los asuntos que le incumbían directamente, Navarro decidió dar un giro de 180 grados a la llamada, empezando una ofensiva hacia Telecinco y sus directivos.

“Telecinco ha llegado a un acuerdo con las personas que La Fábrica de la Tele ha ido investigando, que son casi 200, y esta señora ha llegado a un acuerdo para que hable de lo que le salga de las pelotas”, explicó Pepe Navarro, haciendo referencia a la Operación Deluxe. Este movimiento asombró a Emma García, que espetaba estar perdida: “No sé de que estás hablando, si has entrado para echar la bronca y para poner en evidencia a Telecinco”.

Queréis cortar la llamada #VivaLaVida501 pic.twitter.com/Ud0UTQS2nA

— E.Sweet (@eliamsweet) April 17, 2022

Pese a las palabras de la presentadora, Navarro continuó hablando de fondo, siguiendo con sus acusaciones, que dejaban al grupo de Fuencarral en una dudosa posición. “Estoy hablando de las realidades, me da igual Telecinco, Paolo Vasile y Manolito Villanueva, basta ya de tomar el pelo”, relataba visiblemente enfadado Pepe Navarro. Fue en ese preciso momento cuando se empezaron a escuchar los gritos de Raul Prieto, director de Viva la Vida, que  pedía desde su atril que cortara automáticamente la conexión telefónica.