Una marcha a favor de las personas refugiadas recorrió las calles de Puerto Real

El Día Mundial de los Refugiados 2025 constituye un enérgico llamamiento a la acción y a la empatía en un momento de incertidumbre mundial, con cifras récord de personas desplazadas por la fuerza y la ayuda humanitaria bajo amenaza

Puerto Real celebró su multiculturalidad abriendo los brazos al mundo

Manifestación del Día Mundial de los Refugiados 2025
Manifestación del Día Mundial de los Refugiados 2025 / C. P.

Con motivo del Día Internacional de las personas refugiadas, que se celebró el 20 de junio, ayer tuvo lugar una marcha por algunas calles de Puerto Real “para que nadie olvide la terrible situación que en la mayoría de ocasiones se encuentran las personas solicitantes de asilo” y también para reivindicar sus derechos.

Tras la marcha, que partió de El Porvenir, la teniente de alcaldesa de Servicios Sociales, Lorena Díaz, dio lectura a una declaración, que dio comienzo a un acto celebrado en la Plaza Almudena Grandes. En él participaron dos jóvenes de las JOC, Sara Chanivet y Saray Ortega, quienes contribuyeron con un poema y una melodía al teclado; Olaya, una madre ucraniana que dio testimonio de la situación de las personas en su país, y Germán Barbosa, un artista al saxo.

El Día Mundial de los Refugiados 2025 constituye un enérgico llamamiento a la acción y a la empatía en un momento de incertidumbre mundial. Con cifras récord de personas desplazadas por la fuerza y la ayuda humanitaria bajo amenaza, el tema de este año, "Solidaridad con los refugiados”, nos insta a ir más allá de las palabras y a tomar medidas significativas para apoyar a quienes se ven obligados a huir. Los refugiados no buscan caridad, sino oportunidades: una vía para reconstruir sus vidas, contribuir a sus comunidades y vivir con dignidad.

La celebración del Día Mundial de los Refugiados de 2025 es un momento para rendir homenaje a la valentía y resistencia de estas personas, para escuchar sus historias y abogar por soluciones duraderas a los desplazamientos. También nos recuerda que acoger a los refugiados hace más fuertes a las sociedades, fomenta la innovación y construye comunidades a las que todos pertenecen. A través de la acción colectiva, desde el cambio de políticas y el compromiso comunitario hasta el intercambio de voces de los refugiados, afirmamos que los refugiados no caen en el olvido, no están solos y no se quedan sin esperanza.

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