Mal negocio para Andalucía

Hay una infrecuente unanimidad en los análisis que se han realizado tras la aceptación por parte de la UE de los aranceles del 15% impuestos por Donald Trump y que Bruselas ha admitido porque se alejan del 30% con el que había amenazado: Europa ha hecho un mal negocio. No solo por la cesión política que supone y porque vuelve a demostrarse la falta de influencia real de los 27 en las grandes crisis. También por la falta de compensaciones y por el hecho de que Europa se comprometa a comprar de forma masiva energía y armamento a Estados Unidos. Es decir, un trato en el que solo gana quien ha logrado imponer sus condiciones. Y si para Europa es un mal negocio, para Andalucía no podía dejar de serlo. Las primeras estimaciones señalan que las empresas de la región tendrán que encajar unos aranceles de 470 millones de euros, principalmente en producciones tan sensibles para el conjunto de las exportaciones andaluzas como el aceite de oliva o los vinos. En general va a ser la industria agroalimentaria la que en Andalucía pagará el estropicio desatado por Trump con la vuelta de tuerca que ha decidido dar al comercio mundial, pero hay otros sectores, como el aeronáutico, que también se van a ver afectados. Aunque con el inquilino de la Casa Blanca nunca se sabe lo que puede suceder mañana, las empresas andaluzas conocen ya las reglas de juego y pueden realizar sus proyecciones económicas. El acuerdo, al menos, evitará una guerra comercial y propiciará que se trabaje para que lo que se pierde en Estados Unidos se pueda recuperar en otros mercados alternativos. Las exportaciones son la base de crecimiento de las empresas andaluzas más punteras y las nuevas condiciones del comercio mundial deben ser un acicate para que se siga trabajando en la presencia de productos andaluces en los principales mercados del mundo.