A vueltas con el pasado sucio

"No hay que confundir memoria con historia" aconsejaba el gran historiador Pierre Nora

23 de agosto 2022 - 01:35

Que su seis libros de historia estén entre los de ensayo más vendidos es una buena noticia. Dos son de autores ingleses: Beevor (Rusia. Revolución y guerra civil, 1917-1921, Crítica) y Rees (Hitler y Stalin, Crítica). Y cuatro de españoles: Corral (Vecinos de sangre, La Esfera de los Libros), Aguilera Povedano (El oro de Mussolini, Arzalia), Viñas, Espinosa y Portilla (Castigar a los rojos, Crítica) y Álvarez Junco (Qué hacer con un pasado sucio, Galaxia Gutenberg).

Los dos libros de los autores británicos sobre la revolución rusa y el peso decisivo que las siniestras personalidades de Hitler y Stalin tuvieron en el desencadenamiento y desarrollo de la barbarie que convirtió la II Guerra Mundial en la más sangrienta, brutal y asesina contienda de la historia se inscriben en un contexto en el que, con la lógica diferencia en la interpretación del inmenso volumen de datos, documentos, testimonios y publicaciones que existen tanto sobre la revolución como sobre la II Guerra Mundial y las personalidades de Hitler y Stalin, los hechos investigados no son utilizados en la polémica política del presente, no se prestan a manipulaciones y revisionismos que pretendan favorecer a unos u otros partidos políticos actuales, no tienen una carga de pasión ideológica y subjetivismo partidista.

En cambio, como bien analiza Álvarez Junco en Qué hacer con un pasado sucio, en nuestro país es más habitual que en los de nuestro entorno cometer dos errores que este historiador resume así: "Simplificar el pasado, creer que hubo buenos y malos. Y proyectar ese pasado simplificado sobre el presente diciendo: yo y mi grupo somos herederos de las víctimas y tú y los tuyos son herederos de los verdugos y deberías pedirme perdón".

A este pasado sucio con el que Álvarez Junco se pregunta qué hacer para que ni se ignore ni ensucie el presente viajan Pedro Corral (el terror rojo en el Madrid republicano), Vilas, Espinosa y Portilla (el terror azul en la posguerra franquista) y Povedano (la cesión por parte de la República de las Baleares y otros territorios a cambio de la retirada del apoyo de Mussolini y Hitler a Franco). "No hay que confundir memoria con historia" aconseja el maestro de historiadores Pierre Nora, que define al historiador como un "árbitro de las diferentes memorias" que "trata de mantener con honestidad cierta verdad común en un mundo fracturado".

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