Que no se vayan

Los puntos de vista de Martínez Ares y del Chapa sobre Cataluña están más cerca delo que la gente pudiera pensar

03 de febrero 2024 - 00:45

Una vez le preguntaron a Eduardo Haro Tecglen cómo se declaraba desde el punto de vista político: “Yo no soy ni socialista, ni comunista, ni anarquista. Yo soy rojo”, dijo el añorado periodista. Rojo en el sentido que le daban los seguidores de Franco a todos los que apoyaron al Gobierno de la República. Supongo que en ese sentido quiso Antonio Martínez Ares decir que él era rojo, que era de izquierdas pero las necesidades del verso le obligaban a expresarlo de otra manera. Aparte de diferentes licencias poéticas de la letra de su pasodoble, en el fondo estoy de acuerdo con su punto de vista, no se puede consentir el trato de favor a quienes han delinquido o están en busca y captura por los desmanes cometidos en lo que se dio en llamar el procés. Cosa diferente es lo del “que se vayan” con el que termina la copla. Si lo que quiere decir es que se vayan de España todos los que la odien, puedo estar de acuerdo. Si se refiere a que se vaya Cataluña, bajo ningún concepto. Creo que lo que hace falta es todo lo contrario, apoyar a esa mayoría de catalanes que quieren seguir en España, que mantuvieron su adhesión a los valores constitucionales y que ahora se sienten huérfanos. Que se queden, que les demos apoyo, que defendamos una sociedad de ciudadanos libres e iguales. Algo parecido podría decir del pasodoble del Chapa sobre las dos Españas, me quedo con la idea de la desigualdad inaceptable que hay en la sociedad, de la urgencia de que el Estado apoye a los más desvalidos, a los que les cuesta llegar a final de mes, a los que necesitan jornadas de 12 horas, a los migrantes, a los sin techo, a todos los jóvenes que no tienen trabajo o tienen que trabajar en tareas por debajo de su cualificación y no se pueden emancipar de sus padres, a los camareros con empresarios desalmados, a las kellys, a los que recogen la aceituna, a quienes se tienen que ir a trabajar fuera de España, en definitiva a los parias de la tierra. Ese es el fondo de la letra cuando dice que España ya está rota, que ir con un rosario frente a la sede del PSOE es una de las tonterías más grandes que se pueden hacer, porque hay problemas muy graves a los que no se presta atención, incluso puede que muchos de los que allí se manifiestan tengan en sus casas servicio doméstico sin dar de alta en la Seguridad Social. Por raro que parezca, una letra y otra tienen en común el apoyo a la razón, a quienes no tienen quien les preste apoyo, sean los catalanes constitucionalistas, sean quienes lo pasan mal para llegar a fin de mes. Ambos puntos de vista están más cerca de lo que la gente pudiera pensar en un primer momento. Que solo se vayan de España los que defraudan o quieren privilegios, que el Estado les preste ayuda a quienes lo necesitan.

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