NOTAS AL MARGEN
David Fernández
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Cuando se trata del lenguaje andaluz o de algunas de sus versiones provinciales, siempre existe un vocabulario o una serie de palabras sin más donde algunas de ellas destacan por su gracejo especial o por ser una muestra de gran simpatía. He de decir que una de esas palabras que más me atrae es quillo, marcadamente sin renuncio alguno que sirve tanto para nombrar a una persona sin citar su nombre, como para llamar la atención de un interlocutor. Como es palabra usada por los portuenses, a veces me viene a la cabeza la formalización de una idealizada conversación con tono alto y claro sobre la actualidad de la ciudad.
¡Quillo! ¿Te has dado cuenta de cómo está el patio? ¿Qué patio? ¿El del colegio? No, el patio de la vida. Lo que está mal en los colegios son los comedores, donde los pequeños ya no pueden almorzar porque a la empresa que tenía el compromiso de ponerla encima de la mesa ya no le salen bien las cuentas. ¡Quillo! ¿Que? ¿No te has enterao? ¿De qué? De que el partido del político catalán que decía que algunos andaluces no trabajaban y que solo vivían del subsidio estatal sin trabajar, resulta que se lo había llevado calentito y ahora, tras diez años, lo van a devolver recortadito y fresquito. ¡Pobrecitos!. No sabe mi patrón que el pobre no soy yo. ¡Quillo! ¡Dime! ¿Sabes lo de los Reyes Magos para el año que viene? No. ¿Qué le va a pasar? ¡Ná! Pero mi compadre y yo hemos pensado que para evitar la suciedad de las calles por la Cabalgata, el año que viene en vez de caramelos se arrojen serpentinas y papelillos y preparar así, una parte del entramado del Carnaval. ¡Vaya idea Tempranillo! Estás como una regaera.
¡Quillo! ¿Qué quieres ahora? ¡Creo que deberías de venirte ya para esta banda y dejar la otra banda, que de tanto chillar y con el poniente me estoy quedando ronco! ¡Voy para allá por el puente nuevo que hoy parece que hay poquita gente y se puede pasar bien! ¡Que suerte tengo, quillo! Para suerte la mía pues en el almanaque que he comprado este año no viene el mes de Enero con lo cual no tengo que pasar la famosa cuesta. ¿Quillo, eso es verdad?
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