Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Anatomía de un bostezo
Cuál es el hilo conductor de las Tres Cés del Cádiz profundo? El gañote vil, que diría Enrique Alcina. El mismo motivo que ha llevado al personal a ir a los fastos del Cádiz Romano. La gente se apunta si es gratis, da igual si la cosa va de fenicios, de romanos o de cartagineses. De lo que no cuesta llena la cesta, el primer mandamiento del gaditano. Por supuesto está muy bien estar orgullosos de nuestra historia, sin pasarse, que en nuestra historia también están las tropelías cometidas tras el 18 de julio del 36, unas veces en el Casino (que ahora quieren revitalizar, cosa complicada dada la edad de los socios), otras en los fosos de las Puertas de Tierra, otras en la tapia del cementerio, algunos en la curva de Torregorda, en un barco prisión o en la cárcel, de donde sacaban a los tipógrafos de UGT para poder imprimir este periódico. El orgullo sobre la historia hay que tomarlo en su justa medida. Ya saben la frase de George Brassens: “Todos los imbéciles felices son de algún sitio”. Está bien conocer nuestra historia, los momentos de mayor gloria como la fundación de la ciudad, la pujanza en la época del Imperio Romano, la Carrera de Indias, la Constitución, los vapores correo y todos aquellos momentos que hicieron de esta pequeña isla un lugar importante. Tampoco tenemos que convertir todo en un espectáculo gratuito a base de pan y circo, nunca mejor dicho. La cultura, en su sentido más profundo, no tiene que ser siempre un espectáculo. Me alegro del éxito de esta semana romana, que se hayan corregido algunos desmanes del año anterior como los falleros de Valencia o La Fura dels Baus. Esperemos a saber cuánto ha costado la broma. En todo caso un gasto en cultura es una buena inversión, pero no pensemos que le hemos añadido una cuarta Cé al Cádiz Profundo. La gente sale a la calle porque es gratis, lo mismo que van a ver procesiones sin creer en la religión, salen a escuchar coplas porque no cuesta nada, o se quejan de que el carnet del Cádiz les sale muy caro cuando en realidad cada partido sale a cuatro euros. Esa es la esencia de Cádiz, el gañotismo, sea ilustrado o no, con tallas de madera, agrupaciones cantando o romanos paseando. Si es gratis valen pestiños, ostiones, erizos, gambas o incluso cachetás. Así que todas las características gaditanas se resumen en el gañoteo, durante 3.000 años, orgullosos de nuestra historia murieron seis romanos y diez cartagineses. Se diga lo que se quiera, con faros, con romanos del Ecce Homo y de la Sentencia, con el garum, Balbo, o los vasos de Vicarello, Roma invadió Cartago.
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