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La marcha del Monkey Week a Sevilla es una muy mala noticia para El Puerto de Santa María, una noticia pésima en una ciudad que lucha a brazo partido por recuperar el prestigio que un día tuvo y que hoy por hoy, por desgracia, brilla por su ausencia. Este festival de música independiente era uno de los contados eventos que llenaba los hoteles fuera de la temporada de verano y había logrado el consenso de todos (vecinos, hosteleros y aficionados), ya que lejos de lo que ocurre con otras citas como la motorada (que sigue teniendo sus detractores) contaba con el visto bueno y las simpatías unánimes de la ciudad.
Por eso mismo no se entiende muy bien el tono casi triunfalista y sobre todo conformista que presidía ayer el comunicado municipal en el que se hacía oficial la noticia, con un equipo de gobierno que prácticamente se congratulaba por "el espíritu de expansión" del festival. No, se mire como se mire, la marcha del Monkey no es una buena noticia para El Puerto ni es algo por lo que haya que felicitarse, por mucho que algunas migajas se vayan a quedar en la ciudad en forma de eventos menores que se irán celebrando en los próximos meses o ya para 2017, si la organización así lo tiene a bien.
No creo que al Ayuntamiento portuense le haya hecho ninguna gracia la marcha del Monkey, y si es así hay que decirlo. Ya está bien de paños calientes y de poner al mal tiempo buena cara. Si se quiere ser el centro cultural de la Bahía hay que demostrarlo y hay que luchar por ello.
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