Una bofetada a tiempo

MIRA por donde en el Cine Madariaga sí pudimos ser testigos de la película de Glenn Ford, el protagonista de la bofetada más famosa jamás vista en una gran pantalla (la que le propinara a Rita Hayworth en la película Gilda). Ford, canadiense de nacimiento, se trasladó a vivir a California cuando solo tenía siete años. Se dio a conocer en Broadway representando las piezas Novio para una novia y Soliloquio. Pero de eso hace ya mucho tiempo, ahora es impensable que una bofetada a una mujer tenga, no solo éxito sino que sería repudiada por todos. Como debe ser.

Recientemente me enviaron un e-mail en el que se puede ver como un musulmán arenga a sus fieles y les indica el camino para "domesticar" a las mujeres a base de palos porque decía que así se refleja en el Corán, y posteriormente un patético video en el que un hombre pega de manera espantosa a una mujer. Lógicamente tal escena te deja sin habla y por supuesto este hecho es utilizado por algunos racistas y por los contrarios a esa religión para desprestigiarla, aunque en el fondo todos sabemos que el mal trato no entiende de razas ni de religiones. En este sentido solo hay que acudir a las escabrosas estadísticas registradas cada año en España.

En temas educativos no he terminado de comprender el dicho tan utilizado de "una bofetada a tiempo…", porque un cachete normalmente es el camino más corto. En el pasado a casi todos nos han dado más de un sopapo, a mí por lo menos me zurraron de vez en cuando, posiblemente porque era merecedor de tal trato y los más famosos colegios de pago de la época tenían como pedagogía la vara de enderezar descarriados. Era lo que había. Al final, entre dimes y diretes cada cual hemos tirado para delante de una u otra manera, no sé si con más o menos traumas que cada uno lleva de la mejor forma.

En la actualidad el acto de pegar a alguien, sea a hombre o a mujer, niño, o niña está considerado un acto ruin que descalifica al ser humano. Como tampoco acabo de comprender que últimamente proliferen las series televisivas españolas en las que de forma "graciosa" la mujer pega reiteradamente al hombre. Una de esas series, entre otras son "Aquí no hay quien viva", o "Escenas de matrimonio". En ambas la mujer insulta al hombre, le pega coscorrones y ridiculiza intentando dar con ello un toque cómico al asunto. Es el nuevo feminismo, tan dañino como el machismo. Ambos deberían ser perseguidos por igual, si es que realmente queremos hablar de igualdad y los políticos a los que se les llena la boca cuando de igualdad se trata, deberían poner freno a esta apología del mal trato encubierto en series como las enunciadas. Una bofetada a tiempo no es lo suyo en los tiempos que estamos, pero tampoco lo es este tipo de escenas que dicen muy poco de sus creadores, conocidos y populares personajes de la farándula nacional, para vergüenza de todos.