¿Venga de frente...?

PUES no lo parece... llevamos y digo llevamos, y me refiero a los cofrades de a pie, a los que hacemos la Semana Santa, a los que aguantamos todo tipo de retrancas, incluso las de Fernando Santiago; en definitiva, a los que nos gusta esto durante todo el año, llevamos digo preguntándonos cuál es el problema. Por qué si subyace en cualquier hermandad, foro o tertulia, especialmente entre los jóvenes, un debate tan intenso no se lleva a cabo de una vez por todas. La triste conclusión es que todavía y a estas alturas existe miedo.

Hace unos años eran palabras prohibidas. Costal... costalero. Rechazo absoluto, digno de estudio antropológico, a un elemento de carga tan práctico como estético. Es necesario pensar que se pierde rh gaditano por cómo debe moverse un paso, porque si no es un poco extraño tantos reparos al costal. Algún sacerdote histérico y gerifaltes cofrades que no saben o no contestan y si lo hacen es con argumentos de peso como esto "es Cádiz y aquí hay que..." intentaron hacer daño en su momento y frenar a los sevillitas, enemigos a batir. Pero al final abrieron la puerta para el debate... cuanto menos.

Una procesión en la calle en Cádiz no se diferencia en absoluto de una de Sevilla, salvando detalles, si no es por el movimiento de sus pasos. A todo esto, los grandes pasos de misterio hechos para costaleros, las marchas de misterio y palio hechas para costaleros (Caridad del Guadalquivir, Reina de Triana, Bulería en San Román...) Trasladamos y le damos formas a una estética que hacemos como nuestra, algo lejos de la realidad... Izquierdos por delante en los palios, cargador marcando la marcha, levantás a hombro, revirás o esquinas eternas... Pero con un sistema de carga mucho más sufrido y complicado para el cargador. ¡Menudo batiburrillo y menuda mezcla!

Cargar sobre un sólo punto de apoyo, es decir sobre la cerviz, es duro pero menos sufrido y permite sobre todo más recursos en el movimiento para unas marchas compuestas para una cadencia de paso que no tiene nada que ver con la empleada por el cargador. Saber transmitir, saber andar, es mucho más que una evolución en los gustos cofradieros; es más que eso. Lo importante es degustar una sensación que traslada el movimiento sobre los pies o el llamado costero a costero del que deberían disfrutar los gaditanos en su Semana Santa.

"Hay que conservar la tradición", dicen los conservacionistas del palo y la horquilla. ¿Acaso tiene algo que ver la Semana Santa de ahora con la de hace siquiera veinte años? Todo ha cambiado, todo. Y a mejor. Enseres, pasos, hábitos, ritos... todo menos una cosa: la carga. El número de cargadores decrece, cada vez menos jóvenes con ganas de cargar a hombro, la mayoría viajando por autopista para salir con un costal en Sevilla... ¿les parece extraño? No, simplemente gusta y no desde luego por una moda, sino por lógica. En Jerez, sin duda una de las Semanas Santas más atractivas de Andalucía, han sabido combinar diferentes estilos de carga sin que pierdan personalidad y esencia sus hermandades. Nadie renuncia al movimiento costalero, que no se implantó hace mucho... y no pasó nada.

El costal empieza a ser necesario en nuestra Semana Santa... y si no pregunten a los jóvenes cofrades. Ellos serán los que lo decidan en pocos años. Hagámoslo todo más fácil por el bien de nuestra Semana Santa. Cádiz con costal ni se pierde ni desaparece; tranquilos, porque desde luego... somos únicos.