Notas al margen
David Fernández
Del cinismo de Sánchez a la torpeza de Feijóo
A falta de cinco partidos, hay que tener corazón, pero también hay que utilizar la cabeza para pensar, no sólo para despejar. Ya he escrito en otras ocasiones que en Segunda A, a final de temporada, no sólo descienden los más malos, sino a veces los más tontos. Este Cádiz es más malo que el del último descenso, así que para salvarnos hay que ser menos tonto.
Me sorprende que se haya menospreciado el empate en Las Palmas, que no es un mal resultado. Hubiera sido mejor ganar, pero en estos partidos de rivales directos hay más de un punto de diferencia entre perder o empatar. Por ejemplo, si el Cádiz hubiera empatado en Vigo estaría a 2 puntos del Celta, en vez de 5 como ahora. Si el Cádiz jugó mal y tuvo suerte en Las Palmas, otras veces ha jugado menos mal y ha tenido peor suerte. Y ya se sabe que si los partidos durasen 45 minutos a estar alturas ya estaría salvado.
El empate en Las Palmas se consiguió con un futbolista menos y eso me parece lo más preocupante. La expulsión de Ormazábal condicionó al Cádiz en casi toda la segunda parte, y menos mal que no terminó con una derrota como otras tardes. Desde luego si se desciende, o se salva, no será por un partido, por este o el de Vigo, o por los dos que se ganaron al Albacete con cierta fortuna, sino por el conjunto de la Liga. Y si el Cádiz está ahí no es por casualidad. Entre otras cosas, es el equipo más goleado de la categoría, y no olvidemos que será un milagro si el más goleado no desciende, pues los antecedentes son funestos.
A estas alturas ya no caben los lamentos. Ahora hay que dar confianza a los jugadores y animarlos hasta el final. Por ejemplo, en Las Palmas destacó el portero Dani, que hizo varios paradones, aunque encajó el gol en un fallo. Necesita partidos, y hay que darle confianza para que se consolide. Cada futbolista es un caso diferente. También se está diciendo que Diego Tristán debería ser titular indiscutible, pero el sevillano todavía no ha jugado 90 minutos a tope en lo que va de Liga, ni con Gracia ni con Espárrago, y da la sensación de que no aguanta un partido completo. Así que si lo cambian, o se queda de inicio en el banquillo, puede ser porque jugando menos tiempo rinde mejor. Al futbolista de calidad que es mandangoso, y éste tiene toda la pinta de serlo, hay que dosificarle la zanahoria y el palo para que rinda cuando debe rendir; o sea ahora, en la hora de la verdad. Eso ya lo sabemos desde Mágico. Tener a tope en los últimos partidos a Tristán, y por supuesto a Ogbeche, es una de las claves para la salvación del Cádiz.
Lo que importa es puntuar. Hay que conseguir 11 puntos en los cinco partidos que restan; sea como sea. Pero es vital ganar los tres del próximo domingo en Carranza al Murcia, aunque lo sintamos por José González, peor sería fastidiarnos nosotros. Una victoria del Cádiz dejaría a los murcianos a 4 puntos y con la diferencia de goles en contra a falta de cuatro partidos. Por eso insisto en que la cabeza es importante. Señores, estamos en Segunda A. Atención a las primas y los primos: en el final de Liga pasan cosas muy curiosas. La cabeza hay que tenerla bien despejada, en el terreno de juego, en el banquillo y en los despachos.
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