La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sánchez aguanta más que el teletexto
QUE no se me enfade nadie, pero os voy a contar lo que pienso. Esta Isla que tan tradicional siempre ha sido, que, con toda posibilidad, precisamente por ello, así se encuentra, que con aquellos sueldos fijos de la Marina o de las empresas navales del momento, tan buenamente vivía y que con sólo poner la mano a final de mes se cobraba. Sobrecito con los billetes de antaño y aquí me las den todas. Que se fue poblando de otros vecinos procedentes de otras tierras y que tan gratamente aquí fueron acogidos, que promovió matrimonios de isleñas con gallegos, aragoneses, murcianos o de cualquier otro confín, una Isla con la que había que contar para muchas cosas. Y así continuó, hasta llegar, por esa inercia del acomodo fácil y suculento, a que paulatinamente todo eso fue desapareciendo. La democracia llegó y los partidos políticos se fueron turnando en el municipio, unos más longevos que otros, pero cada uno aportó lo que podía.
Y digo todo esto porque, repito, el isleño por su historia e idiosincrasia es tradicional. Por eso, siempre me extrañó cómo este pueblo oscilaba políticamente entre el centro y la izquierda. Sin embargo, las cosas han cambiado y Antonio Moreno, que representaba -con habilidad y destreza- ese centro andaluz, fue el más votado y el más querido durante años. Hoy el panorama está más complicado y, no sé si por la desconfianza del votante o por aquella intervención mediática, al isleño de ahora le cuesta más votar a la derecha. Pero, sigo insistiendo, La Isla es conservadora y como muestra están sus arraigadas manifestaciones de carácter religioso sobre todo, o por lo que cuesta convencer al personal para cualquier tipo de cambios. Así, en teoría y si las cosas se llevan a cabo mejor de lo que se han hecho, este pueblo -y lo sigo viendo difícil, según hoy- podría votar mayoritariamente popular. El pacto de gobierno actual perjudica esas pretensiones y no digamos a los andalucistas. De aquí a dos años la ejecutiva local que ha salido del último congreso, con talantes renovados y por una importante mayoría, tiene tiempo y apoyos para ese gran esfuerzo. El Partido Popular de San Fernando tiene la obligación de ilusionar al ciudadano y hacerle ver que este gobierno de coalición actual es pura anécdota. Los populares han de conseguir mucho más. La Isla se lo agradecería.
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