Fascículos

Me haría mucha ilusión que se hiciera una colección de rebequitas del mundo, de la que nunca he visto nada

La llegada del otoño siempre ha tenido sus símbolos. Antes el final del verano en Cádiz siempre lo ponía el trofeo Carranza y el momento en el que Eutimio ponía en el escaparate los yersis de punto, señal de que iba a empezar a hacer relente y comenzaba la temporada de rebequitas.

Pero más allá de Cádi, Cádi, de esta ciudad donde cada vez que se levanta una piedra aparece un testimonio de su portentoso pasado, hay una señal que siempre marca el final del verano y es el momento en el que empiezan a aparecer en la televisión los coleccionables de fascículos. Dicen que el mes de septiembre es un momento en el que todo el mundo está dispuesto a asumir nuevos retos. Hay gente que se pone a dieta, otros que se plantean estudiar y otros comienzan a coleccionar fascículos, una tarea, la de terminar la colección, que por lo visto, según las encuestas que manejan las editoriales, logran muy pocos… es casi como ganar una medalla en un campeonato de Atletismo.

Me llama la atención como siguen anunciándose colecciones cuando septiembre empieza a asomar la patita. Ya no se anuncian enciclopedias, ni colecciones de los grandes monumentos del mundo, pero siguen proponiéndose cosas, lo cual me llama la atención, acostumbrado uno a que prácticamente no existe vida después del móvil.

Ahora veo que anuncian la colección de ir montando cada semana una pieza de un coche antiguo… estos no ganan evidentemente un premio a la productividad, o coleccionar unos audiocuentos de Disney. Me llama la atención que los que promocionan la cosa son "Planeta de Agostini", igual que cuando yo coleccionaba la historia del mundo o de la gastronomía.

Lo que sí veo que han desaparecido son las colecciones de leer. Casi todo lo que existe son manualidades. A mi me haría mucha ilusión que se hiciera una colección de rebequitas del mundo. Se hicieron cosas con abanicos, con bolsos… pero nunca he visto nada con rebequitas.

Sería bonito comenzar con la rebequita china y luego ir recorriendo la zulú, la de Wisconsin, la rebequita inglesa y proponer incluso ir haciéndote una de punto, regalando por piezas el sofá para realizar la labor. Sería el único coleccionable del mundo que incluye siesta y eso tendría mucho mérito y seria hasta viral en Tik Tok. Mira tu por donde el relente iba a llegar a las redes sociales.

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