Yo te digo mi verdad
Manuel Muñoz Fossati
Vuelve el cristianismo
PRESENCIÉ el otro día una conversación muy curiosa. Uno criticaba al alcalde de Cádiz, Kichi, con razones y argumentos tanto políticos como administrativos; ya se sabe, su ideario y su trayectoria en el Ayuntamiento. Y otro al oírlo, le llamó facha. "¡Tú eres un facha!", le dijo sin más. Aquello se calentó, hasta tanto que el interpelado aducía su amplia trayectoria democrática y su lucha de siempre por las libertades. Y llegó a más, dijo que en todo caso el facha sería su Ilustrísima, por la manera de comportarse y de vestir, que en ocasiones pertinentes va hecho un mamarracho y que eso según el diccionario, es también facha.
Esto me dio pie, a que a mi vuelta, mientras conducía, mi cabeza fuera dando vueltas al tema, porque en verdad es muy enjundioso. Resulta que a veces, como no seas un Barden, que protesta hasta de la toma de Granada por los Reyes Católicos, eres un facha. Una cosa es que se respete a un nuevo partido que grita contra "la casta" ( hay muchas castas) y otra que quien no esté de acuerdo, sea un facha en su sentido más coloquial, sinónimo de franquista o nazi.
Siempre hay que admitir la rebeldía y las posiciones firmes contra el mal hacer en política y en consecuencia el resurgimiento de grupos que abanderen renovación. Pero de eso a tachar a todos los demás de fascistas va un mundo. Sencillamente porque se cae en el fundamentalismo, primo hermano del fascismo de izquierda, que es un mal peor. Y además el fundamentalismo se encarna mucho mejor en las personas más extremistas, menos cultivadas intelectualmente, más agrestes de coco (no de cuna ni de leches). Y se vuelven reaccionarios incapaces de diálogo y de consensos.
Y de esto se pueden sacar ejemplos a gogó, lo mismo en suelo patrio que en Siria. En la derecha o en la izquierda lo peor, a mi juicio, es el extremismo, es creerse en posesión de la verdad absoluta y llevarla a misa o al solsticio de invierno. Hablan de segunda transición. Convendría aclarar los términos.
P.D. Fui el otro dia al Carranza. Maravilloso el público y el estadio. Dos cosas. Los vomitorios son un desastre, en caso de peligro. Y cuando iba a empezar el partido, una paloma revoloteó el espacio buscando su nido. Admirable espectáculo.
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