La tribuna

Alfredo Ramírez Fernández

El Eurocuerpo en la defensa europea

22 de octubre 2016 - 01:00

ES incuestionable que la Unión Europea se enfrenta hoy a los mayores retos desde su fundación. Además de profundas contradicciones internas, el terrorismo, las migraciones incontroladas o los conflictos en nuestro vecindario próximo están cuestionando los fundamentos del proyecto de integración europeo.

Europa necesita un mínimo de integración de las capacidades militares, que en sincronización con las civiles, sean capaces de actuar cuando y donde sus autoridades políticas decidan. Por consiguiente, la Unión Europea trata de revitalizar su Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) e incita a sus estados miembros a que desarrollen una mayor cooperación en materia de defensa.

Existen poderosas razones que explican por qué el Eurocuerpo, un cuartel general militar compuesto por 900 hombres y mujeres, con sede en la ciudad francesa de Estrasburgo, se ha convertido en un prototipo para la consecución de las ambiciones europeas.

En primer lugar, el Eurocuerpo mantiene en nuestros días el mismo espíritu europeísta con el que fue fundado. Esta característica viene determinada por su acentuada multinacionalidad, que le proporciona una imprescindible legitimidad de actuación, así como ventajas operativas cruciales, entre las que destaca el hábito de consensuar, por encima de las diferencias de cultura y lengua, decisiones y procedimientos de trabajo comunes entre sus miembros.

El Eurocuerpo es uno de los símbolos tangibles de la conciliación franco-alemana, y también europea, lo que le otorga una dimensión política además de militar. En la actualidad, cinco naciones marco -Alemania, Bélgica, España, Francia y Luxemburgo- y otras cinco asociadas -Grecia, Italia, Polonia, Rumania y Turquía- contribuyen al Cuartel General con medios y personal.

Pero, más allá de su valor simbólico, esta singular organización militar ha demostrado su valía en sus frecuentes participaciones en operaciones y ejercicios y en sus actuaciones como Cuartel General de diversas organizaciones operativas tanto en el marco de la OTAN como de la UE. Así, con su actual estructura y organización es capaz de actuar en entornos complejos y ser partícipe del indispensable enfoque integral para la gestión de crisis y conflictos.

Por todo ello, Eurocuerpo dispone de una amplia experiencia operacional que es la base de su credibilidad. En el pasado ha actuado cuatro veces en operaciones de la Alianza Atlántica. Pero en los últimos años, está demostrando, también, su compromiso con las misiones de gestión de crisis que desarrolla la Unión Europea.

Entre julio y diciembre de 2015, Eurocuerpo proporcionó el núcleo del cuartel general de la Misión de Adiestramiento de la UE en Malí (EUTM Malí). Además, en la actualidad, ejerce como Cuartel General del Battle Group de la UE (EUBG) y una parte importante de su personal se encuentra desplegado en la República Centroafricana formando parte de la misión de adiestramiento de la UE en aquel país, 22 de ellos españoles.

Para el primer semestre del próximo 2017, Eurocuerpo continuará aportando el núcleo de mando de un nuevo EUBG y efectuará una rotación de la misión en Centroáfrica.

Todas estas actividades están comportando para Eurocuerpo una amplia experiencia, que seguro será debidamente explotada a corto plazo. Pero aún más importante, esta orientación hacia la PCSD, es de gran provecho no sólo para la UE sino para las naciones que conforman el Eurocuerpo, ya que de esta manera mejoran su visibilidad internacional y el rendimiento de su inversión financiera y en recursos humanos.

Estas experiencias, junto con su naturaleza multinacional y su vocación en favor de la PCSD lo sitúan en una posición única para constituirse en el embrión de una capacidad militar permanente y rápidamente desplegable al servicio de la política europea.

Este instrumento político y militar se encuentra dispuesto a ser utilizado, aún más, en favor de la defensa europea. Su ambición no es otra que convertirse en el Cuartel General multinacional preferido de la UE para realizar, en cualquier momento, todo el abanico de operaciones de gestión de crisis que especifica el Tratado de Lisboa. Las autoridades de las cinco Naciones Marco han mostrado su predisposición para avanzar en esa línea de accción.

En resumen, su espíritu europeísta, el enfoque hacia misiones militares de la Unión Europea -pero manteniendo inalterables sus sólidos lazos con la OTAN-, su carácter plenamente operacional, y su permanente adaptación a las circunstancias del entorno certifican la plena vigencia del Eurocuerpo como una herramienta eficaz para la defensa de Europa y los europeos.

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