Su propio afán

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Soy de Cádiz

HA arremetido Podemos contra la campaña 'Soy de Cádiz' de la Diputación para la promoción de la provincia. No le gustan los protagonistas, y por dos motivos diferentes. Ambos demuestran la confusión en que se desenvuelve con tanto desahogo el partido morado.

Primero, la califican de "campaña de la vergüenza" porque las dos decenas de gaditanos que la protagonizan son personas de prestigio. Entre otros, Sara Baras, Manolo Sanlúcar, José Pedro Pérez Llorca, Campo Baeza, José Mercé y Ángel León, nada menos. El problema reside, según el comunicado, en que la Diputación "mira al resto de los gaditanos por encima del hombro". ¿De dónde se habrán sacado eso? Cuánto daño hace el complejo de inferioridad, obcecado en verse mirado de arriba abajo. Hay que entender que se recurra, si se pretende dar una imagen positiva y profesional de la provincia, a quien es reconocido. Imposible sacar, como propone Podemos, a los miles de gaditanos anónimos o "a los que son ejemplo de lucha colectiva". No porque no tengan mérito, no, sino porque se trata de otra cosa.

Imaginemos una promoción turística de la provincia de Cádiz de la que nos quejásemos porque saca las playas de Zahara y la catedral de Cádiz y los pueblos blancos y las bodegas de Jerez y los caballos y la Sierra de Grazalema, discriminando los polígonos industriales, los criaderos de pollos, los Macdonal's y las viviendas unifamiliares, aunque son sitios dignísimos, sin duda.

La segunda confusión también pasma: es la ideológica. A Podemos no le gusta Pepe Oneto y el toreo le parece fatal. Acusan a voleo a Oneto de corrupto y embisten al diestro Padilla, que también ha ofrecido, gratis como los demás, su imagen. Pontifican: "Está en lo más alto de la violencia contra los animales […] ejemplo de los valores más rancios y deshumanizados que perviven en esta sociedad", confundiendo las churras con los toros bravos. Uno puede ser muy animalista, por supuesto; pero una campaña institucional ha de estar por encima de programas y de fobias partidistas. Se trata de mostrar la variedad de los éxitos gaditanos en todos los campos, los que nos gustan más y los que menos. Quizá la protesta de Podemos haya servido para completar el cuadro de los triunfadores de la tierra, recordándonos que ellos tienen mucho éxito político aquí, que yo les reconozco. Kichi también se ha convertido en un icono de Cádiz en el mundo, las cosas como son.

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