Manolo Morillo
La bandera como coartada
El Puerto, para los amigos de algunos, con su privilegiada ubicación en la costa gaditana, presume de ser un destino turístico consolidado. Sin embargo, la ciudad presenta una preocupante deficiencia en la planificación y gestión del turismo de autocaravanas, un segmento en crecimiento que podría beneficiar la economía local, pero que actualmente sufre una alarmante falta de infraestructura.
El ejemplo más evidente de este problema se hace especialmente visible en la infame e impracticable explanada que hay junto al espigón de la playa de la Puntilla, donde estos vehículos se estacionan de manera irregular sin ningún tipo de servicio esencial. No hay acceso a agua potable, ni disponen de vaciado de aguas grises ni WC químicos, por lo que es fácil colegir que la ausencia de regulación y control genera incomodidades tanto para los usuarios de la playa como para los propios viajeros en autocaravana, que ven comprometida su experiencia en la ciudad.
Este abandono contrasta con el modelo de gestión en otras localidades que han entendido el potencial de este turismo y han desarrollado áreas específicas con servicios adecuados. Mientras tanto, en nuestra ciudad, los únicos espacios habilitados —el de 'La Pasarela' y el del Centro Comercial 'El Paseo'— son insuficientes y no cumplen con las necesidades básicas de estos viajeros.
La falta de una infraestructura adecuada no solo afecta a la imagen turística del municipio, sino que también representa una oportunidad perdida para captar un turismo con gran capacidad de gasto. Las autocaravanas traen consigo visitantes que buscan comodidad, seguridad y accesibilidad, y que están dispuestos a invertir en restaurantes, tiendas y servicios locales. En lugar de facilitar su llegada, El Puerto los recibe con precariedad y abandono.
Y yo me pregunto, ¿a quién beneficia esta carencia?, porque es evidente que el descontrol ni beneficia a los usuarios de la playa ni muchísimo menos a los viajeros en autocaravana. No atender este problema significa seguir perdiendo oportunidades de crecimiento y calidad turística. El Puerto merece más. Es hora de que sus autoridades actúen.
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