El parqué
Cáidas en Europa
Hay que recordar que a principios del mandato Beardo quiso subirse el sueldo un 11% y en el Pleno de Organización la oposición se lo tumbó. Después de tres días, al final no le quedó más remedio que desmentirlo porque fueron tales las sartas de mentiras que soltó para justificar lo injustificable que, acorralado, tuvo que dar marcha atrás.
Ha tenido que esperar más de tres años para subirse el sueldo a través de un subterfugio en la Diputación, que será todo lo legal que ustedes quieran pero en mi opinión es un acto carente de la más mínima ética pública, un concepto de integridad política que Beardo jamás ha practicado desde que, a muy tierna edad, viendo su fiasco en la vida laboral privada no le quedo más remedio que escoger el camino de los fracasados e hizo de la política su profesión.
Ha utilizado, para defender el considerable aumento de sueldo, dos argumentos muy propios de su equipo de márketing y comunicación: poner el foco en que otros alcaldes de la provincia cobran de Diputación, o señalar que concejales de la oposición hacen los mismo que él, aunque en este caso serán sus votantes los que les censuren dicha acción en las urnas. Y en segundo lugar, es que se queja amargamente de que durante todo este tiempo ha sido el alcalde que menos ha cobrado de la Bahía.
Quede constancia que repruebo estas prácticas, que en mi opinión rozan lo fraudulento, vengan del partido político que vengan. Sin embargo, estamos hablando del alcalde de El Puerto, que es sobre el que debería recaer toda la responsabilidad de gestionar esta ciudad a tiempo completo. Ya me dirán ustedes cómo ejerce de alcalde si para conseguir el aumento de sueldo tiene que desempeñar la portavocía adjunta del grupo popular a tiempo completo en Diputación. Si esto es así ¿Quién está ejerciendo la alcaldía? ¿Por qué, si consideraba que tenia que cobrar más, no lo ha sometido a la consideración del Pleno del Ayuntamiento? ¿Qué pensarán los beardistas de genuflexión ciática de este escaqueo de su alcalde fotogénico?
Dado que la ministra Montero va a aplicar un impuesto a los ricos, el sueldo de Beardo se quedará reducido a menos de lo que ganaba como alcalde. Pobre de él.
Disfruten lo votado.
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