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Hay que creérselo. El país más poderoso del mundo elige de presidente a un personaje xenófobo, amoral, falso, embustero, que participó en un golpe de estado, y todo lo que a ustedes, lectores, se les ocurra. No es casualidad que precisamente en el mes de noviembre la política se tiña de negro. Porque negros nubarrones se asoman por todo el mundo.
Es momento de ponerse a buscar el porqué está ganando la anti política. Cómo es posible que las mentiras, las ofensas, los bulos, la grosería, se anteponga a unos razonamientos sociales, económicos y políticos. Cómo es posible que un personaje que lanza odio hacia las minorías, que es favorable al supremacismo blanco y es contrario a la igualdad y a la solidaridad arrase en el país más importante del mundo.
La política moderna, la anti política de las redes sociales, están ganando la partida, a base de bulos y desinformación, a los viejos clichés políticos de los discursos y de las propuestas programáticas. Hoy la política está dirigida las grandes empresas mediáticas en manos de dictadores de pacotillas y antisistema que solo buscan sus propios intereses. Trump se ha rodeado de Elon Mush que ha puesto su enorme red digital ( X) al servicio de la mentira y del odio. Y todo esto ocurre en un país que se auto domina la cuna de la libertad.
Pero no solo es América la que ha jugado en estas elecciones. Europa se jugaba también una parte de su política. Esta victoria era esperada por la ultraderecha europea y también por la española. En Madrid D.F. no extraña este tipo de políticas porque es la misma que lleva a cabo la presidenta de esa comunidad.
En estas elecciones se ha producido un cambio en los métodos de hacer política, un cambio en las percepciones que desea el electorado. Trump se ha cargado de un tirón toda la teoría política. Basta con maltratar al contrario, con contar mentiras, con aliarse con los que no quieren estado, y el público le sigue. ¿Pero cómo se ha llegado hasta aquí? Esta es la pregunta que es necesario que se hagan todos los analistas. Han fallado de nuevo las encuestas, han fallado los analistas, han fallado los asesores que no ha no visto venir este sunami de descontentos con la política actual. Hoy los políticos saben más de redes sociales que de política.
Y en España se debería empezar por buscarles solución a estas preguntas. La ultraderecha española está en contacto con toda la ultraderecha europea y americana. Ayuso gana las elecciones con un mensaje insultante, anti-estado, en contra de lo público y de la solidaridad e igualdad y los resultados ahí están. Lo que está pasando en Valencia es un ejemplo de que España no se libra de esta anti política. Y son los partidos tradicionales los que han creado este antisistema y son los que deben de poner remedio, ya están avisados.
El descontento ciudadano es evidente, pero sin política no hay estado y sin estado no puede haber libertad ni democracia. Ya estamos avisados.
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