Pisa adolescentes

Nuestros adolescentes se han acostumbrado al conocimiento inmediato, al descarte ágil, a libros de texto para tontos, a premiar los trabajos colaborativos frente al odioso desgastar de los codos empollando textos inacabables, que sufríamos nosotros y nuestros padres

22 de enero 2024 - 08:29

Por fin buenas noticias. El Presidente del Gobierno ha anunciado un próximo regadío de fondos para potenciar el estudio de las Matemáticas y la comprensión lectora de los alumnos de Secundaria. Augurado por la RAE y auspiciado por el informe PISA, este movimiento que otros países ya han ejecutado -por ejemplo, Finlandia- se va a implementar en España. La razón de esta caída de las habilidades de nuestros jóvenes con los números y las letras no nos es extraña: las maquinitas.

Podemos hablar de varias distintas: de los smartphones, de las consolas, los ordenadores, los videojuegos, los tiktokers, el contenido virtual, y todo lo que muchos odian. Nuestros adolescentes se han acostumbrado al conocimiento inmediato, al descarte ágil, a libros de texto para tontos, a premiar los trabajos colaborativos frente al odioso desgastar de los codos empollando textos inacabables, que sufríamos nosotros y nuestros padres.

Cierto es que las matemáticas, el álgebra concretamente, se nos daban mal a muchos desde siempre, tampoco vamos a demonizar a nadie; pero las letras (la lectura, la comprensión de textos, la sintaxis, la escritura) no tanto. Siempre he pensado que la mayoría de la gente es más de ciencias de que de letras, pero por otro lado observo que hay muchos chavales a los que le enseñas un libro y los repele como un crucifijo, anatema del vampiro y el progre. Entra libremente y por tu propia voluntad, ya saben (o quizás no).

Habrá que ver cómo se gasta ese dinero, lo que siempre ha sido el problema principal de esto de gestionar fondos públicos. La última iniciativa relevante orientada a la juventud fue el cheque cultural, una iniciativa que muchos criticaron por electoralista. Si esos fondos se usan en comprar libros para las bibliotecas y no se lleva allí a los jóvenes, mal vamos. Confiemos en la buena voluntad y la mejor disposición de nuestros dirigentes. No siempre vamos a ser críticos.

Curiosamente, estas últimas navidades han sido mucho más que buenas para el sector librero, superando la amenaza de los libros electrónicos, vendiendo por miles novelas y libros de todo tipo, color y sabor. Una de las pocas cosas memorables, por positivas, de la pandemia Covid, fue el repunte en la adquisición de ejemplares y la reactivación de las ventas. Nos encontramos encerrados en nuestras casas, sin poder salir del hogar -salvo que tuvieras perro o compraras pan- y nos volcamos, entre otras cosas, en la compra y lectura de libros.

El Gobierno es sabedor de lo necesarias que son las Matemáticas y la Lengua y por eso actúa para resolver el problema. Cómo si no sabría que la mayoría progresista del Tribunal Constitucional resolverá por 7 votos a 4 cualquier problemática que surja. Cómo si no conocería Pedro Sánchez el modo de comunicarse con sus socios de gobierno. Cómo si no comprendería la mandada de Teresa Ribera el concepto de independencia judicial. Está bien que invirtamos más dinero en combatir las carencias de nuestros jóvenes, pero ¿quién combate al combatiente?

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