El rodaje se traslada al lunes ante la previsión de lluvia
El encierro se atrasa un día y contará con la presencia de Tom y Cameron · El rodaje arrancó ayer pasado por agua pero continuó con normalidad el resto de la jornada
La película de Tom y Cameron parece gafada. La amenaza no llega esta vez con la escapada de ningún toro, pero el parte meteorológico de las próximas jornadas no avanza un buen panorama. Porque con lluvia no hay toros, según acordaron Ayuntamiento y productora, a la hora de trazar el nuevo plan de seguridad.
De esta forma, según apuntan fuentes relacionadas con la industria cinematográfica, el rodaje se atrasa al lunes. Día en el que, al parecer, entrarán en escena las estrellas de Knight and Day: Tom Cruise y Cameron Diaz, que podrían llegar un día antes a la provincia.
Durante esta misma jornada comenzarán a rodarse las escenas del encierro frustrado, tal y como estaba previsto. Eso sí, flanqueadas con las oportunas medidas de seguridad, como no podía ser menos. De hecho, los operarios se repartían ayer por las esquinas del perímetro del rodaje, ensalzados en la consolidación de las vallas. "Se están soldando en los anclajes del suelo y se están habilitando otras vallas adicionales de tijera, con lo que sería realmente difícil que vuelva a ocurrir", decían desde la productora Calle Cruzada.
Pero, hasta entonces, había que seguir dando forma a las escenas tomadas el miércoles. Y así continuó la jornada de rodaje de ayer, que aunque amaneció pasada por agua, fue retomando la normalidad a lo largo que avanzaban las horas.
Las primeras tomas arrancaban pasadas las nueve y media de la mañana en calle Ancha. Un grupo de extras vestidos de sanfermines corrían junto a una moto, pero la lluvia apretaba y la peli de Tom y Cameron se topaba con nuevos imprevistos. Que llueve. ¡Corten!.
Mientras, el director de la segunda unidad, Bryan Smrz, planificaba las próximas tomas por rodar. Los técnicos de Calle Cruzada se movían de aquí para allá. Los extras y recortadores aprovechaban para llenar el estómago a base de hamburguesas bajo las carpas instaladas en San Antonio, y los plásticos aguardaban el momento de descubrir el tinglado técnico que, bajo custodia, se agolpaba en el tramo de Sagasta que discurre entre Ancha y Cánovas.
Y así fue. El día comenzaba a abrir cuando se acercaban las doce y los smarts roasters estacionados en Cánovas se desprendieron, por fin, de los paraguas que resguardaban sus asientos para entrar en acción. Todo se repite, pero sin los dobles de Tom y Cameron y sin Ducati roja. Los dos descapotables se ensalzaban en una nueva persecución tras la cámara, a golpe de metralleta. "Ayer fue mucho más espectacular, hoy van muy lentos", decía una vecina. "¡Otra vez los tiros!", protestaba otra. "¡Que hoy tengo que salir!".
Pero todo andaba ya encauzado para continuar con total normalidad. O anormalidad para los ciudadanos, según se mire. De esta forma, a las 12.50 comenzaron a grabar de nuevo la toma en que los sanfermines se avalanzaban sobre el Mercedes plateado. La acción discurría así desde San José hasta Ancha, dejando a un lado la heladería de Los Italianos.
A esta escena, tomada varias veces, le siguió una nueva y un tanto extraña que, protagonizada por varias escúters, fueron grabadas desde la otra punta de Ancha.
Una calle que fue recorrida una y otra vez por motoristas, extras, operarios de la productora, efectivos de seguridad... y hasta por los dobles de los protagonistas que, pasadas las cuatro y media de la tarde, entablaron una nueva persecución entre sanfermines sobre de su coqueta moto roja. "Hoy voy a soñar con la calle Ancha", decía uno de los extras con guasa.
Esto ocurría abajo. Mientras, los extras de arriba, los de Ancha, hacían pruebas desde los balcones. Y es que los de Cánovas aún desconocían si, finalmente, cuentan con ellos para la película. Todo está en el aire. El tiempo apremia, los comercios quieren abrir sus puertas y la lluvia amenaza. De cine.
También te puede interesar