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Josu de Solaun | Pianista

“Como músico soy el resultado de todo lo que he escuchado y que amo”

  • El intérprete valenciano es el protagonista del segundo concierto del ciclo de la Asociación Qultura, que se celebra hoy en el Teatro del Títere de Cádiz con obras de Janacek y Brahms

El pianista valenciano Josu de Solaun en una imagen promocional.

El pianista valenciano Josu de Solaun en una imagen promocional. / Fernando Frade

La Asociación Qultura trae hoy a Cádiz a unos de los mejores pianistas del momento, Josu de Solaun. El intérprete valenciano estará en el Teatro del Títere de la calle San Miguel, a partir de las ocho de la noche, para ofrecer un programa integrado por obras de Leos Janacek (‘En la niebla’) y de Johannes Brahms (piezas correspondientes a sus ‘Opus 117’, ‘Op. 118’ y ‘Op. 119’), en una actuación que como explican los responsables de la asociación gaditana “promete ser uno de los mejores conciertos de nuestro nutrido programa de este año”.

Se trata del segundo concierto de este ciclo, el número 22, que comenzó en enero con la Orquesta Barroca de Cádiz y que se prolongará hasta mayo con distintas formaciones que actuarán en escenarios tan diversos como el Falla, el conservatorio, la sala Unicaja, el Palacio de Congresos y el propio Teatro del Títere.

–¿Cómo será el concierto de hoy en el Teatro de Títere de Cádiz? Se anuncian obras de Janacek y de Brahms. ¿Qué particularidad tienen las obras?

–El programa responde a los deseos de los programadores de la Asociación Qultura, quienes, tras escucharme en Cádiz junto al violinista Jesús Reina interpretando una obra de Janacek, y sabiendo de mi predilección por la música para piano de Brahms, que grabé en uno de mis últimos discos, me pidieron elaborar un programa de aproximadamente una hora de duración con obras de Janacek y Brahms. Las obras, todas, tienen la particularidad de ser casi diarios íntimos cifrados en música. Es música para escuchar en silencio, a oscuras, con poco público, por su fragilidad poética y tono confesional. No es música de grandes artificios, sino de sinceridad, vulnerabilidad y hondura expresiva.

–Llega a un ciclo de música muy peculiar, impulsado por una asociación como Qultura que lo saca adelante cada año con mucho esfuerzo. A priori, parece algo extraño, al menos en España, más acostumbrados a programaciones desde la administración pública. O no...

–A mí me parece que asociaciones como Qultura son muestra de que en nuestro país existen todavía rincones de vigorosas inquietudes existenciales y artísticas, de gente que no quiere que la política lo anegue todo, sino que buscan crear espacios independientes donde nuestras tradiciones artísticas puedan crecer, exponerse y desarrollarse. Me parece que las iniciativas de este tipo pueden convivir muy bien con las programaciones de la administración pública. Es un pluralismo que nos hace más ricos.

–Llega a Cádiz, como a todos los sitios donde actúa, con la vitola de ser uno de los mejores pianistas de España. ¿Cómo se convive con esa exigente etiqueta?

–Procuro no pensar en esos rótulos, que son más periodísticos que otra cosa. Yo amo la música, y amo entregarse al público que quiera acercarse. Lo demás son cuestiones que me desbordan y a las que procuro no dedicar mi tiempo.

–Dice su biografía que es ciudadano de España y de Estados Unidos... ¿Qué le influye más en su faceta de intérprete, de pianista?

–Todas las vivencias, experiencias, sufrimientos, triunfos, desánimos, todo forma parte del manantial poético de cualquier persona dedicada a las artes. Sin duda, mis experiencias en ambos países han influido de una manera muy profunda en mí. En España está mi familia, mi gente, mi lengua nativa, mis tierras y paisajes de la infancia. En Estados Unidos pasé 20 años, sobre todo en la adolescencia, una época que sabemos es muy importante en el desarrollo de una persona. Me gustan las mezclas y no me atrae la pureza. En ese sentido yo soy una mezcla de muchas cosas.

–Acostumbrado a tocar en medio mundo, o en el mundo entero, ¿cómo calificaría el actual panorama musical en España?

–España vive una edad de oro de la música, en lo que se refiere al talento y preparación de sus músicos. De lo demás, es difícil hablar.

–Tiene algún libro de poemas publicado, ‘Las grietas’, con influencias de Cernuda y Simón. Cómo llega a la poesía, al final todo parece una cuestión de musicalidad...

–En la Antigua Grecia, poesía, música y danza eran una sola y misma cosa. Hay algo de profunda verdad ahí que siempre me ha afectado. Para mí, la poesía y la música existen en un continuum, son dos partes de la misma cosa.

–Y además de las influencias literarias, ¿cuáles son sus influencias musicales?

–Son tantas que es difícil hacer una lista. Soy el resultado de todo lo que he escuchado y que amo. Mis primeras experiencias musicales, desde luego, no fueron con lo que hoy llamamos música clásica, sino con la música popular, que amo, a la par que la música tradicional. Es un triunvirato de partes disociables, pero no separables. Tres partes de una misma cosa.

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