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Cultura

Un 'mundonuevo' para El Títere

  • Ya está en marcha el nuevo plan museístico que pretende revitalizar el centro que ocupa las Bóvedas de Santa Elena

  • La puerta de entrada se ha cambiado hacia las Puertas de Tierra

La documentalista Desirée Ortega Cerpa y el técnico Eduardo Bablé, en la nueva entrada del Museo del Títere.

La documentalista Desirée Ortega Cerpa y el técnico Eduardo Bablé, en la nueva entrada del Museo del Títere. / Julio González

Las cifras, apenas 2.966 visitas en los tres primeros meses del año y nunca más de 5.000 al año desde su apertura, no dejaban lugar a dudas. Había que darle otro enfoque al Museo del Títere. Una nueva visión que nos mira desde el concepto de un mundonuevo, sí, así, todo junto.

"Un mundonuevo es un cajón que contenía un cosmorama portátil o una colección de figuras de movimiento y se llevaba por las calles para diversión de la gente, vamos, lo que también se llama un totilimundi, tutilimundo o, más gaditano, titirimundi", explica Desirée Ortega, la ideóloga del proyecto con el que se pretende revitalizar el museo municipal que se levanta en las Bóvedas de Santa Elena.

Un mundonuevo, que en su tiempo se publicitaba con el lema "el mundo entero por un agujero", que es donde la investigadora encontró la inspiración para reorganización del contenido del centro que hasta ahora había basado su discurso en el que traía la colección de Ismael Peña, Títeres del Mundo, que el Ayuntamiento adquirió en 2008 y con la que se creó el museo gaditano. "Ahora proponemos realizar otro discurso científico no tanto sobre la procedencia de las piezas, pues además no hay piezas de todas partes del mundo, sino en torno a las técnicas y su historia", detalla.

Un proyecto que ya está en marcha y que se deja notar en el acceso al Museo, pues la antigua entrada por el patio de armas se ha cambiado a la actual, mucho más visible, por las Puertas de Tierra. Un acceso donde, además, han decidido colocar los paneles de la exposición fotográfica sobre el marionetista gaditano Francisco Peralta que contará, "en breve", anuncia, "con un folleto sobre la muestra y con cartelas para hacerla más comprensible al público".

"Pero estamos haciendo mucho más trabajo en varios frentes del que se ve", apunta Ortega (máster en Documentación y doctora en Ciencias del Espectáculo) acompañada en esta ingente labor de reorganización por el técnico Eduardo Bablé. Es el caso de toda la silenciosa labor de investigación de los 500 objetos, entre ellos unas 300 figuras y una importante colección documental, que Ortega está llevando a cabo con el objetivo de "elaborar contenidos divulgativos y formativos que den una nueva vida al espacio".

Un ejemplo, la documentalista ya le está dando vueltas a la idea de sacar partido a la doble efemérides del 21 de marzo (Día de la Poesía y Día Mundial de la Marioneta) utilizando los títeres de la poeta Gloria Fuertes con los que cuenta la colección del Museo del Títere para realizar actividades para la ciudadanía. "Creo que se le puede sacar mucho más jugo a las piezas en ese sentido; en la investigación estamos encontrando aspectos para darles un nuevo enfoque muy interesantes", adelanta.

Otro de los frentes que, en este caso, Eduardo Bablé está atajando es la tarea de reorganización del almacén del centro para aprovechar "al máximo" el espacio. En este sentido, todo el material documental se ha ubicado en la oficina de administración de la primera planta -la planta actualmente visitable- y se planea dentro del proyecto "plantear un espacio para investigadores".

La reparación del ascensor y la colocación de vinilos en la escalera que comunica la entrada al público con la primera planta visitable son también pequeños avances que pueden observar en una visita al Museo del Títere que, eso sí, mantiene por ahora su recorrido tradicional sólo que el visitante lo hace al revés. Un periplo un tanto confuso hasta que no se realice la definitiva musealización propuesta por Ortega, un mundonuevo, basada en el discurso por técnicas y su historia.

Un recorrido que contará "con nuevos textos para dar sentido al nuevo discurso y que estarán en español y en inglés", asegura Ortega, profesora de inglés a tiempo parcial en la Escuela de Hostelería de la Junta de Andalucía, que se encargará de su elaboración y traducción al idioma de Shakespeare.

La artífice del proyecto también está estos días l tomando nota de los desperfectos de las salas y los inconvenientes, como la excesiva luz que entra en algunas zonas "y tan peligrosa porque afecta a las piezas", acierta, y buscando soluciones, "colocando un contrapanel o un sistema de toldos..." , baraja, para incluirlas en una memoria final donde se contemplen todos estos accidentes.

Sí tiene medio planteado lo que será "el rincón de Maese Pedro". De esta forma en el espacio ya dialogan los paneles de la exposición fotográfica de los títeres de Francisco Peralta con las piezas de la colección del Museo que fueron utilizadas en la representación del Retablo de Maese Pedro en Nueva York en 1963 bajo diseño de Jaime Luque. Pronto se completará con unos paneles con la biografía de Manuel de Falla para terminar de darle sentido al espacio dedicado a la obra musical para títeres del gaditano.

Quizás la zona del Museo que tendrá que seguir esperando su nuevo uso -e irónicamente el espacio por el que Ortega y Bablé querían empezar este nuevo rumbo- es la planta baja. Y es que los daños causados por el temporal a esta parte del edificio, que prácticamente se inundó, todavía no se han reparado. Ni, lo más preocupante, hay fecha para ello.

Decir nuevo uso tampoco es del todo correcto ya que la planta baja, tal y como también se contemplaba en el proyecto inaugural, estaba destinada a los materiales de la Asociación Teatro La Tía Norica, actualmente custodiados en el Baluarte de la Candelaria y a la espera para su traslado desde tiempos inmemoriables de que el Ayuntamiento dé el visto bueno a un convenio de colaboración. "Es importante insistir para que no haya confusiones que lo que vendría al Museo no son las piezas originales que están en el Museo del Cádiz sino el material que lleva utilizando el Teatro La Tía Norica desde su creación en 1984 como entidad para la recuperación de esta tradición que tiene sus orígenes a finales del siglo XVII", precisa Ortega que asegura que "la futura exposición permanente" sobre La Tía Norica en el Títere mostrará "los fondos y materiales generados en su labor y recuperación del legado" así como "una panorámica general de la historia de este fenómeno artístico único en el mundo". "Incluso nos gustaría añadir una referencia instando a los visitantes a que acudan al Museo de Cádiz a ver las piezas originales", añade.

Y es que el diálogo y colaboración entre los centros también es una garantía para que la red cultural de la ciudad mejore su funcionamiento. En este sentido, otra de las líneas de trabajo es integrar al Museo del Títere dentro del Sistema Andaluz de Museos. "Tras haber estudiado la legislación creemos que es mejor solicitar el ingreso como colección museográfica que como museo con lo que sólo tendríamos que presentar un plan de seguridad acorde con la norma vigente", explica Ortega que asegura que estar en esa red le dará al museo "más visibilidad".

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