Exposición en el Palacio Provincial

El "espíritu de tolerancia" de la Transición en la exposición de fotografías de Pablo Juliá

  • Los Claustros de Diputación acogen la muestra 'Otros tiempos...', una colección de 120 imágenes realizadas por el fotógrafo gaditano, testigo de excepción de un momento político tan convulso como apasionante

Un momento del recorrido inaugural por la exposición 'Otros tiempos...' del fotógrafo Pablo Juliá.

Un momento del recorrido inaugural por la exposición 'Otros tiempos...' del fotógrafo Pablo Juliá. / Julio González

Felipe González, 50 calendarios atrás, deja caer su figura, pensativa, sobre un coche. María Jiménez, en un arrebato artístico, enseña las bragas. Manuel Fraga, en un descuido, nos mete por los ojos la propaganda de Vota PSOE. Una escena campestre sin tortilla. La marea humana toma el centro de Sevilla un 4 de diciembre, un 4 de diciembre... Eran otros tiempos... Son Otros tiempos... los que Pablo Juliá nos devuelve en un ejercicio, no de nostalgia, sino de reflexión en la exposición que con motivo del Día de la Provincia se inaugura en los Claustros del Palacio Provincial y que se podrá visitar hasta el 26 de abril.

"Yo sólo he sido un notario de todo lo que hay aquí pero ustedes son los propietarios de esta historia", ha resuelto el fotógrafo gaditano, ojo andaluz de la Transición, momentos antes de iniciar un recorrido por esta colección compuesta por 120 imágenes que retratan "el espíritu de tolerancia" que a su juicio imperaba en ese apasionante y convulso momento político "y que no tienen los líderes políticos actuales".

Con todo, Juliá -que estuvo arropado por la presidenta de Diputación, Irene García, el expresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, algunos rostros reconocidos del partido socialista de la ciudad y la provincia y de representantes de la Fundación Unicaja, del Foro de los Consejos Sociales de las Universidades de Andalucía y del Centro de Estudios Andaluces, organizadores del evento junto a la Fundación Felipe González- ha confesado su "cierto desapasionamiento" por estas fotografías ("me siento extrajero en ellas") aunque les reconoce su valor como "reflejo del ejercicio de transparencia y solidaridades que fue la Transición".

Unas fotografías "únicas" que nos permiten "un recorrido significativo de lo que ha supuesto nuestra tierra" y que "trasladan a las nuevas generaciones el valor de tanto trabajo realizado por parte de personas muy reconocidas por todos nosotros pero también de otros tantos anónimos", ha alabado Irene García el trabajo del que fue director del Centro Andaluz de la Fotografía y director de fotografía de El País, y ha contemplado esta muestra como un recordatorio de que "no hay que dar ni un paso atrás en las conquistas sociales" porque "si hay una palabra debajo de cada una de estas fotos no es otra que libertad".

En el mismo sentido, Manuel Chaves ha incidido en el "espíritu de consenso" de una época "que no fue fácil" y en "lo complicado" que resulta "apreciar la democracia cuando se vive dentro de ella y lo que se valora cuando falta". Por ello, también animó el socialista y gran amigo de Juliá (compartieron militancia en los inicios del PSOE, militancia de partido que el fotógrafo abandona cuando se alcanza la democracia) a "ser conscientes de que la democracia nunca está asegurada y hay que esforzarse y luchar por su mantenimiento", máxime "en estos tiempos tan turbulentos que estamos viviendo no sólo en España, también en Europa". 

Tiempos revueltos, como lo fueron aquellos que Juliá fielmente retrató en calles convulsas, entre las paredes del Parlamento o en incontables ruedas de prensa; imágenes anudadas a la esfera política, social y cultural de nuestra tierra, Andalucía, vibrante y luminosa desde su implacable blanco y negro.

“Una buena putada le hice a Cebrián con esta foto pues tuvo que cambiar la portada”, explicaba su autor a la comitiva que volvía a aplaudir la archiconocida fotografía de Manuel Fraga con la propaganda del Vota PSOE. “Un día, después de publicarse la foto, Fraga me dijo, “es usted un gran fotógrafo pero también un gran hijo de puta” a lo que yo le contesté que aquello, viniendo de él, era un gran honor”, reía el también licenciado en Historia que a principios de los 70 fundó aquella célula socialista junto a Blanco, Pizarro, Perales, Isabel Pozuelo (su esposa) y Gómez Periñán en la calle Salvador del mundo, 2.

La anécdota con Fraga no fue la única historia relatada por el perfecto cicerone que se afanó por trufar la visita a su antológica con jugosos y divertidos relatos que, de forma resumida, también se dejan entrever en los rótulos que acompañan cada fotografía y que están escritos con maestría por Juliá.

El autor de Otros tiempos... también adelantó que la muestra “será una exposición viva” pues irá acompañada por un programa de talleres “con políticos, historiadores y periodistas” que desde la Universidad detallarán próximamente.

 

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