"Cuando uno canta, el público recoge la sinceridad en la interpretación"
Lucrecia. Cantante
La cantante cubana actúa hoy en el Gran Teatro Falla dentro de la programación del XXVIII Festival Iberoamericano de Música, donde ofrecerá un repertorio integrado por canciones de su país
Lucrecia recuerda que estuvo en Cádiz en los comienzos de su carrera como cantante, con la Orquesta Anacaona en la plaza de la Catedral. "Fue maravilloso -afirma-, porque en una canción muy movida le pedí al público que se agachara, y todos se agacharon: me quedé sorprendida de la respuesta, con las ganas de pasárselo bien". La cantante cubana podrá hoy rememorar aquella grata experiencia en el concierto que ofrecerá en el Falla dentro de la programación municipal del Festival de Música.
-Llega a Cádiz dentro de su gira Eternamente Cuba, presentando el espectáculo Desde el alma, ¿qué se va a encontrar el público gaditano que acuda al Falla?
-Un repertorio de la música tradicional cubana que recorre diferentes géneros, canciones y compositores que son conocidos y forman parte del álbum de los recuerdos de muchas personas.
-A través de su discografía demuestra usted una gran versatilidad musical, sin ceñirse a un solo registro, igual canta un bolero que un tema rítmico, ¿hay que estar profesionalmente preparada para todo, verdad?
-Pienso que la preparación existe, tienes que tener una preparación y también la ductilidad en la voz a la hora de expresar desde un bolero, que es mucho más sutil y más del alma, a una guaracha o un son, que es mucho más extravertido. Es cierto que hay cantantes que se especializan en un género, y realmente yo tengo la suerte de poderlos interpretar y abordarlos con musicalidad, y, ya te digo, la ductilidad de la voz.
-¿Prefiere, entonces, no encasillarse en un determinado género?
-Exactamente. Casi siempre se suele encasillar a los artistas, pero lo más importante es poderlo hacer bien y con amor, y sobre todo el público, que es el que tiene la última palabra. Cuando uno canta, el público es el que recoge la sinceridad en la interpretación.
-Acaba de participar en Florida en un homenaje a Celia Cruz. ¿Es tan importante recordar a los maestros y a las raíces?
-Es importante tener respeto, esos son los valores que nos enseñan de niños, y Celia Cruz era una maestra, además de una gran amiga. Cuando me propusieron hacer ese concierto, era un reto interpretar las canciones de Celia. Es importantísimo recordarla, perpetuarla, es muy lindo recrear sus canciones.
-Hace unos días dos compañeros de la redacción conversaban acerca del posible doble sentido de la canción El manisero, como muy picante. Usted, que tiene una versión con un vídeo precioso que se puede ver en su web, ¿piensa que es así, la canta con esa intención?
-(Risas) Eres la segunda persona que me dice lo del doble sentido de El manisero, que yo no le veo. Yo he visto al vendedor de manisero, yo lo he visto, y el maní calentico, y en el cucurucho, pero bueno, quien quiera verle un doble sentido. Pero sobre todo esa interpretación la he escuchado aquí, en Cuba jamás...
-Es una interpretación occidental,
-Occidentalísima... Pero es cierto que pasa con las canciones. Puedes cantar una canción y a ti te puede unir a la canción diferentes vivencias. Me pasó una vez que canté en Tenerife, donde vino a verme una mujer que me conocía porque un marido cubano que tuvo le regaló mi primer disco, Me debes un beso, pero aquello terminó como el rosario de la aurora, se separaron... Te podrás imaginar qué recuerdo podrá tener esa mujer de mí... (risas).
-¿Se encuentra con sus niños de Los Lunnis en sus conciertos?
-Sííííí, ¡qué bonito! Además, a mi pianista le di una sorpresa una vez porque estábamos cantando un bolero y de pronto, me di cuenta de que en ese bolero entraba la armonía de Buenas noches..., él estaba tocando y de pronto empecé a cantar la canción de los Lunnis, porque habían venido muchísimos niños al concierto.
-La de aquel programa infantil imagino que tuvo que ser una experiencia profesional estupenda.
-Bella, bella. Es una experiencia en todos los sentidos, como profesional y como persona. Como profesional porque te respetan y ven en ti una representación de la cultura y de nuestra manera de ser de Latinoamérica. Luego, poder transmitir mi manera de ser como madre, paciente, amorosa, y también cultura a los niños de todo el mundo. Es precioso. Además, me dio mucha seguridad ante la cámara, a la hora de hablar sobre un escenario. Y soltura para empezar a escribir canciones infantiles y para adultos, y libros.
-De hecho, no ha abandonado el campo infantil, sigue escribiendo poesía para niños
-Sí, sigo escribiendo libros y grabé un disco que se llama La casita de Lucrecia. Pero lo más importante, lo que más quiero, es afianzarme como cantante y compositora. Me ha dado un bagaje importante, y todo eso lo quiero volcar en lo que es el sentido de mi vida, que es el canto y la composición.
-¿Tiene su pelo multicolor algún significado?
-Pues sí, así es mi alma y mi cabeza, soy una persona abierta, muy comprensiva, allá donde vaya me fundo para poder dar y recibir. Los colores son mi vida porque es multicultural.
-Con la crisis que tenemos encima, ¿se puede pedir en un concierto que "levante la mano el que se quiera salvar"?
-Aaaay, pues sí, salvarnos de tantos problemas, y ojalá que Dios, y que nosotros mismos seamos capaces de salir adelante de esta depresión económica y de todas las personas. Además, la canción Mi gente no la compuse justamente en un momento de alegría, sino en momentos de salvarte por problemas de salud. No es una canción que esté ligada a la felicidad, no, es: sálvate de los problemas y vive, y trata de salir hacia adelante, sal de este andar y desandar, de esta rutina, y refúgiate en la música, libérate. Hay que luchar cada día.
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