javier ruibal. intérprete y compositor

"El mío ha sido un camino de crecimiento"

  • El cantautor portuense fue distinguido ayer con el Premio Nacional de las Músicas Actuales por "la calidad de una trayectoria desde la independencia"

El cantautor portuense Javier Ruibal, ayer en Santa Cruz de Tenerife.

El cantautor portuense Javier Ruibal, ayer en Santa Cruz de Tenerife. / efe

Empezó a grabar con 27 o 28 años y pensó que llegaba tarde a la música. Acababa de finiquitar una mili aplazada por esos estudios de Medicina, que no terminaría, y abrazó lo que más amaba pero con un plazo, si en 5 o 6 años no llegaba a vivir medianamente de su música, lo dejaba. Se engañaba, muy pronto lo único que le importaba es que hubiera un escenario donde subirse, cantar un rato y vivir con lo que le dieran. Y alimentar desde las tripas un repertorio, su repertorio, el que sabe a Andalucía, el que mira al Magreb, el que huele a Caribe y el que no se parece a nada ni a nadie. Pronto sólo importó hacer bien su oficio. Hacer una canción, aprender, hacer otra canción, aprender... Hasta que llega el momento "en que lo único que uno quiere es que un poquito más palante haya gente".

Esa gente, la que siempre lo espera -en pequeñas salas o en grandes teatros, en discos que salen cada tres años, en reivindicaciones en defensa de los derechos humanos o de la cultura- es a la que Javier Ruibal le dedica el Premio Nacional de las Músicas Actuales 2017 que ayer le concedió el Ministerio de Cultura. "Para mi público, para mi santo público, que ha cuidado mis canciones y, así, me ha cuidado a mí, para quien un día me encontró y me abrazó", se emocionaba el músico portuense distinguido con 30.000 euros por "su excelencia como compositor, cantante y guitarrista", por el desarrollo "de un lenguaje propio que ha influenciado a artistas de varias generaciones" y por "la calidad de su larga trayectoria desde la independencia y coherencia artísticas", según la nota emitida por el jurado.

"Lo único que he intentado es hacer canciones y aprendiendo por el camino sin dejarme llevar por los fuegos artificiales", explicaba el artista con más de 35 años de carrera al que ayer le despertó bien temprano, "como el Gordo de Navidad", esta buena nueva que recibió en Tenerife, donde tenía concierto, "con mucha alegría y con mucha sorpresa".

Una carrera que se ha distinguido por el talento, por el buen gusto y, como destacó el jurado, por la independencia y la coherencia. "Si a uno, de pronto, se le cruza por en medio la tentación del éxito rápido pues corre el riesgo de perder su centro. A mí eso, de todas formas, no me ha ocurrido nunca, ni me ha supuesto un esfuerzo titánico resistirme a la tentación", reía el autor de Pensión Triana que siempre ha llevado por bandera "la humildad" porque "bajo este lema el camino puede ser largo y apetecible pero si te come la soberbia o la codicia es probable que te despeñes por algún barranco", tal y como comentó hace unos años en otro de los momentos más especiales de su vida, la celebración en Cádiz de su 35 aniversario en la música.

Ayer, Ruibal volvía a hacer gala de su marchamo y quiso destacar "el grandísimo orgullo" que ha sentido al entrar en la misma lista "que Kiko Veneno, Santiago Auserón, Martirio, Jorge Pardo y Carmen París (algunos de los músicos premiados en ediciones anteriores), una terna de artistas cuya única impaciencia ha sido ser cada vez un poco mejor, huyendo de los espaldarazos rápidos del éxito".

De hecho, "al igual" que París, como él mismo cuenta, empleará "con toda probabilidad" la dotación económica del galardón en su próximo trabajo, "todavía a medias", y que lanzará como el anterior con su propia compañía, Lo Suyo, "porque lo suyo era tener una compañía propia", dice con sorna. "Ser autosuficiente conlleva un esfuerzo tremendo, así que el dinero no me lo voy a gastar en chucherías. Irá casi al completo a ese destino, al disco y a seguir alimentando mi proyecto".

Un proyecto que para el artista "no acaba nunca" porque "uno se pasa la vida haciendo bocetos de su oficio y, al final, sale un estilo como resultado pero hay que seguir aprendiendo para mejorarlo". Eso sí, el Premio Nacional de Músicas Actuales, que toma como "otro abrazo más, otro respaldo, otro gesto de complicidad y de ayuda a tu profesión", le da cierto "sosiego" en su cometido: "No lo habremos hecho tan mal", reflexiona entre risas.

Nada mal, sin duda. De Duna (1983) al especial 35 aniversario (2016), donde incluyó algunos temas nuevos "porque siempre hay que ir soltando", aprecia, Ruibal ha hecho en su vida "lo que sabía hacer" y "siempre aprendiendo conforme iba haciendo canciones", dice un artista de repertorio, del repertorio que acaba formando parte de la banda sonora de muchas vidas.

"El mío ha sido un camino de crecimiento", decide Javier Ruibal, Premio Nacional de las Músicas Actuales 2017. Un camino al que creía llegar tarde y que recorrió sin atajos. Un camino, el de la música, que se ha encargado (y seguirá encargándose) de engrandecer con sus abriles sin caducidad y con sus relatos sin fronteras.

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