"Un actor es realmente un malabarista de las emociones"

-En 'Cinco horas con Mario', usted interpreta a María del Carmen Sotillo, una mujer de 44 años que en marzo de 1966 se queda viuda de manera inesperada. Toda una obra dramática de época...

-Sí, un clásico contemporáneo, como ya muchas veces se le llama. Una obra maravillosa que para cualquier actor es un privilegio que le caiga en las manos. Entonces yo me siento muy afortunada. La verdad es que desde el 2010 estoy con ella, o sea, ya tenemos una relación relativamente larga, y la verdad es cada vez la disfruto más. Es un papel fascinante, es un papel absolutamente maravilloso y claro, da respeto. Es un papel muy conocido, probablemente sea de los personajes de teatro más conocidos en España por la excepcionalidad de tiempo que lo interpretó Lola Herrera con tantísimo éxito y tanto talento. Es un personaje que está en el inconsciente colectivo de todos los españoles.

-Hace algunas semanas, en una entrevista televisiva, usted narró un acontecimiento similar al que sufre su personaje. A la hora de preparárselo, ¿bebió de su propia experiencia o decidió partir desde cero?

-Todas las experiencias de tu vida sirven para crear los personajes. Estamos hablando, al crear un personaje, fundamentalmente de emociones, entonces todas las emociones que tú almacenas en ti te sirven para crear personajes. Pero eso no quiere decir que si tienes que matar a alguien como personaje, ya has tenido que tener la experiencia previa de matar a alguien... No, no hace falta, es un trabajo creativo fascinante que consiste en eso, en partiendo de tus emociones, recrear las emociones y los sentimientos del personaje que te viene dado.

-En el escenario del Pedro Muñoz Seca se encontrará una hora y media sola ante el público. Interpretar de esta manera, ¿le da una mayor inseguridad o todo lo contrario?

-Es una hora y media larga, una hora cuarenta, una cosa así. Cuando empezamos en 2010 esta aventura pues era mi gran incógnita. Porque nunca había interpretado un monólogo. Era la pregunta que yo me hacía, cómo será esto de estar sola en el escenario. Lo que pasa es que como desde el momento en el que empiezas la función hasta que termina no dejas al personaje, ni la historia, ni la trama, ni el conflicto, pues se produce una situación un poco como de trance. Con una grandísima concentración y es una vivencia diferente a cuando tienes compañeros en los cuales, bueno, pones tu foco de atención. Aquí no te tienes más que a ti misma, y para bien y para mal. Sientes más la comunicación con el público, sientes más su atención, su ánimo, las emociones que despiertas, tanto si son de tristeza o de risa. Es una comedia envuelta en drama.

-Esta obra lleva representándose durante más de 34 años, siendo la actriz Lola Herrera la encargada de que el papel de Sotillo cobrara vida durante 25 de ellos. Cuando le ofrecieron este papel, ¿no le dio miedo el ser la nueva María del Carmen Sotillo?

-Yo en ningún momento intenté compararme con Lola Herrera. Ella es una maestra, es una de las grandes damas del teatro, pero lo que sí me sentí fue muy privilegiada de que confiara en mí para darme el testigo. Para mí era un estímulo. Ya estoy un poco curtida en este tema porque, aunque es una cosa muy normal, el heredar personajes, siempre se da la circunstancia de la comparación. Con lo cual es algo que no me asusta. Para mí es un honor tomar el testigo, en este caso, de Lola Herrera.

-La representación de Miguel Delibes siempre ha estado producida por José Sámano y dirigida por Josefina Molina, convirtiéndola de esta manera en todo un clásico contemporáneo. ¿Cómo le gustaría que tanto la crítica como los espectadores recordaran su interpretación?

-El teatro es maravilloso, es la vocación y la profesión de mi vida. Pero es algo efímero. Quiero decir, existe mientras está sucediendo la función. El teatro es el aquí y ahora, y prefiero que disfruten de la función, en vez de recordarme, y que cuando otra actriz la represente, pues que disfruten con la siguiente.

-Dos de sus papeles más destacados en el mundo de la interpretación teatral ha sido los correspondientes a las obras musicales 'Cabaret' y 'Chicago'. ¿Cree que la gente se sorprenderá al verla en este?

-En El Puerto de Santa María sí. Es que me han visto en Cabaret, en Chicago, en series dramáticas... Sobre todo en lo que más me han visto, porque en El Puerto tampoco me han visto en Cabaret ni en Chicago, porque no hice la gira. Tenemos un poco la costumbre que poco a poco se va yendo en España de clasificar a los actores en teatro musical, drama, comedia, cuando un actor realmente lo que es, es un malabarista de las emociones y su trabajo consiste en meterse en pieles diversas. Aquí especialmente sí que parece que si haces un musical ya no puedes hacer un drama.