Cultura

"That is the question"

Autores: Ernst Lubistch y Nicj Whitby Versión: Julio Salvatierra. Intérpretes: Amparo Larrañaga, José Luis Gil, Carlos Chamarro, Mauro Muñiz de Urquiza, Alfonso Torregrosa, Santiago Nogués y Diego Martín. Dirección: Álvaro Lavín. Espacio escénico y vestuario: Elisa Sanz. Diseño de iluminación: José Manuel Guerra. Audiovisuales: Isaías Muñoz. Música: Mariano Marín. Día y lugar: Teatro Pedro Muñoz Seca de El Puerto. Aforo: Completo.

Desde siempre el cine tomó prestadas de la literatura y el teatro historias para llevar a la pantalla. Sirvan de ejemplo los dramas de Tennesse Williams pero desde un tiempo a esta parte se han invertido los términos y vemos en los escenarios historias nacidas en la pantalla. Recordemos casos recientes como El Verdugo, El Pisito o este Ser o no Ser que ahora nos ha llegado.

La historia que nos cuentan en esta función fue escrita originalmente por Melchor Lengyel como relato pero al poco tiempo se convirtió en la película que todos recordamos, una de las mejores comedias de la historia del cine y desde entonces su título va inseparablemente unido al de su director, Ernst Lubitsch. La Compañía Teatro Meridional decidió convertirla en obra teatral y Julio Salvatierra fue el encargado de hacer la oportuna y fiel versión y Álvaro Lavín, de dirigirla, todo lo cual ha conseguido junto al reparto y la escenografía, que un reto tan complejo se haya convertido en una realidad que ahora recorre los escenarios españoles cosechando éxitos de público y crítica.

La función está planteada como un espectáculo lleno de sorpresas en el que los espectadores comparten muchos momentos con algunos de los protagonistas que se adentran en las filas de butacas y suben y bajan del escenario. Es como si todos, espectadores y actores, estuvieran dentro de una película de la época en la que se desarrollan los hechos, Polonia 1939.

Como casi todo el mundo sabe, la película antes y la función teatral ahora, cuentan las peripecias de una Compañía teatral que sólo quieren poder actuar en su teatro. Ensayan Gestapo, una obra antinazi, pero las presiones políticas para no provocar al gobierno alemán obligarán a suspender la representación y a que finalmente lleven a escena Hamlet.

Tras la invasión alemana, el teatro es cerrado por los alemanes, pero los actores principales de la compañía, el matrimonio formado por Joseph y Maria Tura, se verán envueltos en una trama de la resistencia cuando un espía nazi consigue sus nombres a través del amante de Maria Tura, un piloto polaco exiliado en Inglaterra. A partir de ese momento, la compañía deberá montar una nueva función que tendrán que representar en la calle y los despachos de los gerifaltes nazis, fuera del escenario, para escapar de Polonia haciéndose pasar por…… miembros del séquito del propio Hitler.

La escenografía es muy acertada con utilización de medios audiovisuales que hace que en ocasiones los actores pasen de forma muy convincente, del escenario a la pantalla, que ocupa el fondo del escenario, a la manera que Woody Allen lo hacía en La Rosa Púrpura de El Cairo, e incluso incluyen una pequeña película en la que los actores aparecen en grandes dimensiones.

Lógicamente es difícil convertir una de las mejores comedias de la historia del cine en una comedia de teatro de categoría similar y eso, naturalmente, no ocurre. Lo que en el cine era una alta comedia, aquí es una farsa pero hay que admitir que divertida y bien llevada a puerto, lo cual no es poco.

José Luis Gil hace suyo el personaje y su interpretación hace olvidar la que teníamos "in mente". Lo mismo cabría decir del resto del elenco, incluido Diego Martín en el papel de Stanislav Sobinski que en la película hizo un joven Robert Stack. Quizás la única nota discordante sea la interpretación de Amparo Larrañaga, que vuelve a los escenarios tras cinco años de ausencia, en un papel al que no aporta nada. Se limita a recitar su texto y a ofrecernos su presencia pero sin profundizar lo mas mínimo en el personaje que interpreta.

El público lo pasó en grande y se rió de las peripecias de los personajes y al término de la función aplaudió con fuerza a toda la compañía. Un acierto mas del equipo del Área de Cultura del Ayuntamiento portuense en su programación teatral que, como todos los años, lleva a las tablas del Teatro de la ciudad en otoño y que complementa al Festival de Comedias que cada año se celebra en el Patio San Luis al aire libre.

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