Crítica de Música

Sosegada excelencia

En los dos discos que tiene el dúo de San Fernando Random Thinking tocan arropados instrumentalmente, pero en el espectáculo Puro Acústico, que es el que presentan en las Noches en los Jardines del Real Alcázar, los dos hermanos que componen el grupo, Aurora y Ángel Pérez cuentan con el único acompañamiento de sus guitarras acústicas. Sin embargo, en cuanto comenzaron el concierto con el instrumental Rumbo al Sur vimos que no íbamos a echar de menos a ningún músico que les acompañase porque los acordes que salían de la guitarra de Ángel eran tan elegantes, historiados, tan llenos de detalles y ornamentos como los capiteles corintios de las docenas de columnas que servían de hermosísimo respaldo al escenario. Y al escuchar a Aurora en los discos se disfruta de su gran rango vocal, que la sitúa junto a Sharleen Spiteri cuando es más rockera y a Margo Timmins cuando más bluesy; pero en directo, totalmente cruda, natural y despojada del sonido de una gran instrumentación para lanzar al aire solo el sonido de las emociones, nos llevamos la gratísima sorpresa de verla convertida más bien en una Laura Nyro que nos cautivó a todos de inmediato en cuanto comenzó a cantar Off-season, haciendo caer en trance a todo el jardín.

Una más de su primer disco, antes de que Southern blood nos metiese de lleno en el segundo, el reciente Right here and now que ahora están presentado, lleno de canciones de ritmo lento, que muestran su profundo modo de vivir buscando siempre el lado positivo de la vida al que les lleva su sangre sureña (ellos son de San Fernando), en las que la tragedia de la irónica Quite sickening y la comedia de la sexy I'm a woman and you're a man bailaron juntas a la luz tenue estival mientras el mundo exterior se detenía a su alrededor.

El de Randon Thinking -que el día 25 ofrecerán una nueva actuación en el Alcázar- ha sido uno de los conciertos más íntimos, pero a la vez más comunicativos y brillantes, que he presenciado ultimamente. Sus interpretaciones huyen del formulismo para, en su minimalismo, ser ricas, resonantes, luminosas, e incluso inquietantes, como en la versión del Malted milk de Robert Johnson que pasaron por el tamiz claptoniano. El tipo de música que te sigue durante muchos días después.

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