Un Planeta para Lara

"Perdónenme pero hoy es un día emotivo para mi familia y para todos. He nacido y crecido con el premio Planeta; y es la primera vez que vengo a la rueda de prensa y la primera vez que vengo sin mi padre". Aunque realizando un esfuerzo ímprobo de contención, José Manuel Lara García no podía disimular la emoción durante la jornada de ayer en el encuentro con los medios de comunicación previo a la velada de esta noche en la que se conocerá al ganador y al finalista de la sexagésima cuarta edición del Premio Planeta de Novela. Una noche "magnífica", como deseó el hijo del desaparecido José Manuel Lara Bosch, que a buen seguro tendrá "un excelente" libro ganador y "un excelente" autor distinguido pero donde también habrá, en sus palabras, "un premio Planeta para mi padre, para José Manuel Lara".

Este tono de solemne y cariñoso homenaje recorrió las dependencias del antiguo hospital de Sant Pau reconvertido en el Recinto Modernista más grande del mundo durante una conferencia de prensa trufada con perfiles personales y profesionales de "un gran editor" y una "gran persona" por parte de su hijo y consejero delegado de Planeta; del nuevo presidente del grupo, José Creuheras y de los miembros del jurado del premio de novela mejor dotado de las letras hispanas.

Un ambiente de tributo complicado de romper hasta para el tema de más candente actualidad, el futuro de la empresa en Cataluña ante el horizonte independentista. Aún así, la cuestión se puso sobre la mesa y la respuesta no pudo ser más contundente. "A este respecto mi padre se significó hace mucho tiempo -"si Cataluña fuese independiente, Planeta tendría que irse a Madrid, Zaragoza o Cuenca" (Planeta 2012)- y no soy quién para decir lo contrario", contestó el hijo; "nuestra posición es inequívoca desde el punto de vista empresarial", reforzó el presidente.

No sólo en el debate soberanista se respetó la memoria de Lara Bosch, su estampa de "hombre grande" por dentro y por fuera fue ensalzada por el jurado de esta edición. Por Carmen Posadas -"como todos los hombres grandes estaba pendiente de los pequeños detalles"-. Por Pere Gimferrer -que además de recordar que fueron "compañeros de pupitre" lo destacó como hombre "de noble inteligencia y lealtad humana"-. Por Alberto Blecua -que después de poner en valor su veteranía como jurado y dar un tirón de orejas a los políticos que han dejado al bachillerato sin literatura caracterizó a Lara como "hombre transparente". Por Juan Eslava Galán -"Lara hijo es el resultado de la confluencia de dos sensibilidades, la de su padre con los números, y la de su madre con los libros"-. Por su "escritora roja favorita", Rosa Regás, -que en una certera intervención elogió la capacidad del empresario que "mostró al mundo lo que el mundo es" recordando que dejó hacer por igual "a la editorial Crítica y a La Razón" pues era "un gran editor que supo recoger la estela que dejó su padre y multiplicarla mucho más". El espíritu de la familia Lara fue invocado, también, por Fernando Delgado que llamó la atención sobre otro triste aniversario, el de los 20 años sin Fernando Lara, y sobre otros rasgos definitorios del empresario fallecido en enero como "el sentido del humor" y "su capacidad de diálogo y convivencia sin renunciar a sus principios", algo que a juicio del escritor y jurado, "necesita la España actual".

Tras la proyección de un pequeño audiovisual sobre el editor y empresario, Creuheras se encargó de la delicada labor de cambiar el acento de la cita para devolver el protagonismo al certamen literario propiamente dicho. Así, el presidente de Planeta -que minutos antes lamentaba la pérdida del amigo y del profesional junto al que trabajó durante 30 años- habló de números. De las 486 novelas presentadas este año al premio (con lo que van 21.000 originales en la historia del certamen y 41 millones de ejemplares vendidos) y de las 10 finalistas cuyos títulos (provisionales o definitivos) fueron desvelados por Eslava Galán.

Sociedad Literaria Tolbooth, de Margarita García Gallardo; El ladrón de sueños, de Gustavo Olea (seudónimo); La librería Vidal, de Nadal Vila (seudónimo); Vuelo vencejo, de Juan Burgos Baruel; Nubes de tormenta, de Toni Farga (seudónimo); Pijama Party, de Nabor Córdoba (seudónimo); La otra vida, de Blanca Bravo; Trece meses desde mayo, de Julia Ponsky (seudónimo); Psicolover, de Amoroso (seudónimo) y El baile de San Vito, de Maribel Benquerencia (seudónimo) son los títulos y autores de las novelas elegidas que ayer despertaron la imaginación de los periodistas que elaboraban las primeras quinielas destinadas a descubrir quién será el Premio Planeta. El primero sin su carismático presidente y, quizás, en el que más presente estará.