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"Parto de la intuición de que somos mucho más torpes que habilidosos"

Falsarius Chef. Cocinero impostor

El popular bloguero reúne lo mejor de su recetario "mentiroso" en 'Grandes éxitos de la cocina para impostores' · "Como reacción a la hipersofisticación, la comida casera goza de mejor salud que nunca"

Falsarius Chef, tras el mostrador de la mantequería Miña Terra.
Pilar Vera / Cádiz

29 de junio 2012 - 05:00

La impostura, reconoce Falsarius Chef, es algo que le viene de antiguo. Habiendo elevado a cotas sublimes las posibilidades de una simple lata, uno se pregunta cómo sería Falsarius de estudiante. Y sí, reconoce haber jugado siempre con "ciertas trampitas", pero también apunta que la cocina impostora es un arte que se ha ido destilando con el tiempo: "Es curioso que conforme más horas le echas a algo así, más cosas surgen, cada vez te vienen más ideas. El mundo de la lata es infinito", confiesa.

Bloguero y colaborador habitual de A vivir que son dos días, Falsarius acaba de publicar el que es su cuarto recetario: Grandes éxitos de la cocina para impostores (Plaza & Janés), una selección de las más populares de sus recetas. Entre ellas, la Paella Hereje, los Berberechos Sarkozy -"a los que les tengo gran cariño, pues fue la receta por la que Montse Domínguez se animó a llamarme para colaborar con ellos en la SER, y ya van cuatro temporadas"- o los Chanquetes a la Greenpeace. "Chanquetes" que son, en realidad, gulas. Grande en su pequeñez.

Y es que, muy perfectamente, el lema de la Casa Falsarius podría ser: 'Está mal mentir, pero aún es peor robar'. "Y más si, como en este caso -indica el bloguero-, es una mentira piadosa. Al fin y al cabo, sólo lo padecen los que te rodean y comen de gorra. Es por el bien común, no vamos a ponerle pegas".

'Si es caro o no puede encontrarse en el súper de la esquina -dice una de sus máximas -, no es cocina impostora'. Y es cierto: si abres por cualquier página su libro de recetas, puedes completar un menú de crisis sin apenas gasto ni dolor de cabeza. "Hay que poner en valor lo que tenemos en casa, lo que tenemos en la tienda de al lado -comenta-. Las cosas que tenemos cerca nos pueden dar muchas alegrías y satisfacciones, y hacernos comer muy bien".

Falsarius y sus recetas realizan, en definitiva, una vuelta de tuerca a lo que se ha llamado la "cocina del hambre" -de la que provienen los mayores logros de toda gastronomía-. Todos los guisos y arroces, las sopas de pan y ajo, los postres con púdines ejemplifican a la perfección hasta qué punto la carencia afila el ingenio: "La cocina impostora es, como si dijéramos, la cocina del hambre 2.0 -explica su creador-, intentar sacarle partidos a tres ingredientes básicos y hacer recetas maravillosas".

Actualizados, entre los ingredientes básicos en toda despensa deberían estar las "latas de atún y de tomate frito rico, un brick de esos apañados de caldo; varios botes de legumbres y patatas cocidas de bote. Y lo que más ayuda a engañar: un paquete de langostinos congelados".

La venganza del torpe -afirma en su Grandes éxitos de la cocina para impostores- es dulce. La venganza de Falsarius Chef ha debido ser de órdago: la de cejas que debió ver levantarse al decir que iba a empezar un blog sobre cómo cocinar con latas y congelados. "Pues todo partió -asegura- de la intuición de que somos, en general, mucho más torpes que habilidosos. Y la realidad se ha encargado de confirmármelo".

Prueba de esa torpeza universal son las miles de visitas a su blog y la cantidad de consultas que recibe: "Y yo, que soy muy picón, suelo contestar... Sí, algunos creen que soy TeleFalsarius pero, en general, la gente es muy maja..."

Algunas recetas presentes en su Grandes éxitos son de innegable influencia gaditana -Falsarius Chef reside en El Puerto- : las papas aliñás ("patatas de mar", si uno quiere ser cursi); los mejillones con piriñaca - "una tapa maravillosa que no puede ser más sana"- o el potaje de vigilia en el que se ha sustituido el bacalao, "más propio de Terranova y así", por mojama de atún. Llama Barbatesa a su hamburguesa túnida e incluso ha ideado un peculiar flan de moscatel.

Para Falsarius, la comida casera goza hoy en día de mejor salud que nunca, "precisamente, como reacción a toda esa hipersofisticación que ha habido en la cocina. Es más pujante que ninguna otra, despierta más deseos... Podemos afirmar con seguridad que la cuchara no desaparecerá jamás".

La cocina impostora tirará de latas y sopa de sobre, pero cuenta con un importante desterrado: el microondas: "Sé bien que, por Estados Unidos, hay microondas que se han levantado por la noche y han atacado a sus dueños mientras estos dormían... En serio, creo que su utilidad es absurda, sobre todo, teniendo en cuenta lo pequeñas que son hoy en día las cocinas".

Falsarius Chef cree firmemente que una buena comida vale, muchas veces, más que una sesión de terapia. 'Menos Prozac y más habichuelas' es otro de sus lemas. "A cualquiera que esté un poco deprimido, yo lo mandaría directamente a la sección de postres del libro -aconseja-. Son también muy baratos y te dan un subidón mucho mejor que el antidepresivo. Y los platos de cuchara, según el gusto de cada cual, también son geniales: tienen cualidades propias de psicotrópicos, pero al alcance popular".

Para hacerle la foto, llevamos a Falsarius a la mantequería Miña Terra. El cocinero impostor desconocía el concepto "chicuco" pero le ha encantado: "El paraíso... -suspira al ver las hileras de latas-. Es fantástico. Quiero que me entierren en un sitio así".

Sería, cómo decirlo, curioso. Sus fervientes seguidores grabaríamos un epitafio que rezara: "A Falsarius Chef, que nos salva la vida todos los días". "No creas -dice-. Al principio, me conformaba con no quitársela a nadie".

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