“Paco de Lucía es el gran culpable del flamenco-jazz y de que sea universal”

Chano Domínguez | Pianista y compositor

El músico gaditano, Premio Nacional de Nuevas Músicas, corona mañana el Festival de Jazz de Cádiz, acompañado de la savia nueva de Taller de Musics Ensemble

En septiembre saldrá el disco 'Estándares', con el cantaor y saxofonista Antonio Lizana, "el que suena más a Cádiz de todos los que yo he hecho"

El pianista y compositor gaditano Chano Domínguez.
El pianista y compositor gaditano Chano Domínguez. / Ana Zaragoza
J. M.

23 de julio 2021 - 07:00

Cádiz/–Tuvimos la suerte de tenerle aquí en marzo, con Martirio, y ahora de nuevo, mañana sábado, en el Festival de Jazz de Cádiz. ¿Seguiremos en racha?

–A mi me encanta siempre ir a Cádiz aunque te diré que para mí Cádiz es la plaza más difícil de todas a las que yo voy. Para mí Cádiz es el sitio donde creo que mejor se me conoce, donde mejor se conoce mi música, que tiene que ver mucho con esa ciudad en la que nací. Y para mí siempre es una responsabilidad como doble cuando subo a tocar. Pero en esta ocasión vengo con una banda de chavales jóvenes [Taller De Musics Ensemble] que están terminando la Universidad, aquí, en Barcelona, y con quienes llevo adelante un proyecto desde que me volví de Estados Unidos por la pandemia. Estamos haciendo un trabajo con un ensemble. Estoy muy contento de ir a Cádiz con esta savia nueva. Tocaremos una música que está basada en un disco que grabé hace más de una década para Universal que se llamó New Flamenco Sound. Tocaremos casi todo el repertorio de ese disco y alguna otra cosa más. Así que espero que lo disfruten.

–Para un músico joven debe ser un lujazo tocar, aprender con usted..

–La banda es un sexteto. Tenemos dos saxofonistas, un guitarra eléctrico, un contrabajista que toca el bajo también, batería y percusión y una chica que canta muy bien flamenco. Son chavales que ahora mismo son desconocidos. Pero imagínate lo que es subirte con esa fuerza, esa energía que tiene esa gente joven, que además se aprende tu música de la mejor manera que sabe y que oye todas las indicaciones que tú les haces. Para mí es una gozada poder seguir difundiendo mi música con gente tan joven y que ellos la adopten como suya de una manera tan natural y que la quieran.

-¿Cuándo se dio cuenta de que el jazz y el flamenco no sólo se miraban y se rozaban, si no que también se abrazaban?

–No es algo que de lo que te des cuenta de un día para otro. Yo soy un músico que nació en Cádiz, que me he criado con toda la impronta de la música de allí abajo, pero también con toda la influencia de las cosas que yo oía de fuera y que me gustaban. Tú vas haciendo música y te vas dando cuenta de que te gusta tocar una estructura de un blues, pero con los ritmos de tu tierra. Y entonces empiezas sin darte cuenta un camino de mixturas, de enlazar cosas. Y de repente te das cuenta de que el blues y la soleá están conectados muy directamente. De hecho, en el espectáculo tocaremos un tema que se llama New soleá, en la que una parte es una soleá cantada y se improvisa en una estructura de blues, y ves cómo las dos cosas casan perfectamente. No es que un día tú descubras que eso es así; es un trabajo del día a día y de tocar la música que te pone y que te hace sentir. Y todo eso te va llevando a tener ese lenguaje que vas inventando o descubriendo.

-Si no me equivoco, entre finales de los 50 y los 60 Lionel Hampton, Miles Davis, John Coltrane y Pedro Iturralde ya relacionaron jazz y flamenco. Pero fueron Paco de Lucía, Jorge Pardo y usted quienes consiguieron forjarlos como un género nuevo...

–Cómo no, ellos hicieron un acercamiento, pero muy diferente. Se acercaron desde afuera y ya tomaron muy bien los colores del flamenco, la impronta modal que tiene esta música. Pero para mi no cabe la menor duda de que el culpable de toda esta mezcla del flamenco y el jazz y de que sea una música universal es Paco de Lucía. Él es el que de alguna manera abre una puerta por la que todos hemos ido entrando.

-¿Quién es para usted el más grande los maestros del flamenco y el más grande de los maestros del jazz?

–Hombre, hay tantos... y he aprendido y sigo aprendiendo de tantos... Indudablemente Paco de Lucía era uno de los maestros más grandes que hemos tenido, no solamente en la música española, sino en toda la música universal. El legado que ha dejado es inacabable. La de melodías, la de ideas, la de ritmos... es todo un mundo... El tristemente recién desaparecido Chick Corea es un músico que también me ha influenciado muchísimo y que también ha dejado un legado muy, muy importante... pero hay otros muchos: John Coltrane, cómo no, Thelonius Monk, Bill Evans, La Paquera de Jerez, La Perla de Cádiz... hay tantos y tan grandes...

-Y entre los pianistas ¿con quién se queda? ¿con Monk, con Bill Evans, con Art Tatum?

–Me quedo con todos esos que has nombrado... me gustan todos... a mí la música de Monk siempre me ha llamado muchísimo y encuentro que en ella hay muchos aspectos flamencos. Yo he adaptado mucha música de Monk al mundo rítmico flamenco. Y va perfectamente. Para mí tiene algo especial que tiene que ver con el flamenco. Como lo tiene Coltrane también. Pero como no hablar de Bill Evans, que a mi me marcó una época de mi aprendizaje como pianista, con el que estuve embelesado durante una década en la que casi solo escuchaba a Bill Evans...

"Este año grabé tres discos: uno con mi trío español, otro con Antonio Lizana y un tercero en Río, con Hamilton de Holanda”

-¿Qué supuso para usted recibir el año pasado el Premio Nacional de Músicas Actuales?

–Hombre, pues fue una sorpresa muy grande, eh, porque no tenía ni idea ni me lo esperaba. Y, por otro lado, fue una sorpresa muy grata, porque te reconocen a nivel institucional y eso te crea una responsabilidad, de verte en ese camino de seguir haciendo las cosas lo mejor que sabes hacerlo. Muy contento y como cargado de energía para seguir trabajando. De hecho este año ya he grabado tres discos que van a ir viendo la luz a partir de septiembre. He hecho uno con mi trío español, una grabación de temas todos originales, con Horacio Fumero al contrabajo y David Xirgú en la batería. Se llama Chumbulum, que significa lo que nosotros decimos en Cádiz “del tirón”, pero en argot colombiano.

-Ha dicho muchas veces que ‘Solo quiero Caminar’ fue para usted un disco revelación...

–Sí, claro, marca un antes y un después en el flamenco. Es un disco muy determinante donde Paco de Lucía muestra un aspecto de él totalmente nuevo, incluyendo en sus composiciones el bajo eléctrico de Carlos Benavent o la flauta de Jorge Pardo o el cajón de Rubem Dantas, que hasta entonces no sonaba en el flamenco. Rubem Dantas fue el precursor de ese instrumento peruano en la tradición flamenca. Entonces ese disco tiene unas connotaciones muy particulares y muy fuertes. Y como lenguaje flamenco es aplastante, porque tanto tangos, como fandangos, bulerías y colombianas, todo el material que hay ahí grabado, es espectacular, es simplemente maravilloso, es un legado importantísimo.

-...¿hacia dónde camina hoy Chano Domínguez?

–Yo voy intentando seguir sorprendiéndome a mí mismo para pasármelo bien con el instrumento. Y este año, precisamente porque no ha habido muchos conciertos y hemos estado un poco más parados, me he dedicado más a la producción y a la grabación de esos tres discos de los que te hablaba. El primero, con mi trío; otro con un músico de Cádiz, que conocerás, que es Antonio Lizana, que para mí es el híbrido perfecto y la consecuencia de todo lo que hemos venido haciendo desde Paco de Lucía hasta Jorge Pardo y otros muchos en los últimos cuarenta años. Hemos hecho un disco que yo le propuse con temas standar, a medida, pero cantados en español. El tradujo las letras, cambió alguna de ellas y hemos hecho un disco de standars que para mi es el disco que suena más a Cádiz de todos los que yo he hecho. Y se va a llamar Estándares, así, en español. Y por último, acabo de hacer otro disco con un músico brasileño excepcional que toca la mandolina y que hace sonar ese instrumento como los ángeles y que se llama Hamilton de Holanda. Con él y con Rubem Dantas hemos hecho un disco en Río fantástico que va a medio camino entre la música brasileña, el flamenco, el jazz y la música española. Así que he estado bastante ocupado en los últimos meses haciendo todos estos trabajos.

-¿Cuándo compone Chano Domínguez?

- En el tiempo este de pandemia me ha dado tiempo de componer algunas cosas, pero últimamente estoy más tocando... la composición es algo que a veces viene ella sola. No estás componiendo, pero de repente estás tocando, y viene algo y dices: ¡ostras!, por aquí puedo hacer algo. Lo importante es estar tocando cada día y que estés disfrutando con el instrumento. Y eso es lo que te lleva a componer y a encontrar. Los músicos somos como mineros: estamos en la mina tocando, escarbando, escarbando, y a veces encuentras una piedra preciosa, encuentras una melodía, un motivo rítmico o una cadencia armónica... cualquiera de esas cosas te lleva a una composición.

"Necesitamos que la sociedad y el Gobierno nos escuche y apoye, porque la cultura se está muriendo en este país”

-¿Cómo se estaban viviendo todos esos meses tan difíciles de pandemia en Nueva York, antes de que volviese a España?

-Yo estaba muy activo y muy feliz en Nueva York, con muchas proposiciones, con muchas cosas que estaban pasando. La pena es que llegó esta pandemia y a mí me cogió de gira por Europa y entonces no pude volver ya a Nueva York. Por eso me quedé aquí, en mi casa de Barcelona. Estaba cerrado el espacio aéreo. Casi no hemos podido viajar en un año. Sé por amigos que en Nueva York está bien todos de nuevo. La mayoría de los músicos con los que contactaba y tocaba allí eran israelíes, ingleses, franceses, alemanes, australianos, de todo el mundo. Todos se volvieron a sus países. No sé cómo estará ahora mismo ese caldo de cultivo musical de Nueva York, que es una ciudad a la que no para de llegar gente cada día en donde no para de pasar cosas. Pero me da la impresión de que también ha quedado afectada por todo lo que ha pasado.

-¿Y cómo ve el panorama en España?

-Si ya estaba mal antes de la pandemia, porque teníamos toda la crisis que teníamos detrás, todos lo recortes, imagínate después de este año y pico cómo ha quedado desarmada toda la cultura. Estamos en un momento crítico y necesitamos de verdad de la ayuda de la sociedad, del Gobierno, de las instituciones, necesitamos que nos escuchen y que el arte y la cultura sean mucho más apoyados y subvencionados de lo que lo está hoy en día porque es un sector muy importante y que está muriendo en este país. No sé cómo serían esas ayudas. Pero con todas las escuelas que se han hecho en este país, de Superior, de Jazz, como el Taller de Músicos con el que yo colaboro, las SMUC [Escuela Superior de Música de Cataluña] o las Musikene [Centro Superior de Música del País Vasco] o las que hay a montones de flamenco y de jazz en Sevilla de nivel superior, después no hay programaciones donde todos esos artistas, que salen tan bien preparados hoy en día, puedan mostrar lo que están haciendo. Hay algo que no termina de cuadrar. Porque por un lado estamos formando a muchos artistas, a muchos músicos, pero todos no se pueden dedicar a la docencia, a dar clase. La gente tiene que salir fuera o hacer otras cosas porque no tienen apoyo. Ahora mismo hacen falta programaciones, que tenemos un país lleno de auditorios, pero muy poca programación. Y no hablo solo de la música. Hablo de la danza, del teatro y de la Cultura en general.

-¿Hay cantera en el flamenco-jazz de este país?

-Hay un montón de chavales -el primero, Antonio Lizana- que han bebido de todo eso que hemos creado. Pero hay montones de músicos. Yo no paro de recibir discos de músicos jóvenes, de pianistas jóvenes que tocan flamenco-jazz. Hay todo un movimiento hoy en día. Mal no lo veo. El flamenco, además, es una música que ha conseguido formar parte de otras formas de expresión. A él se han acercado desde el pop, desde el rock, desde la clásica, de la contemporánea. Es una música que por fin se ha abierto a todo y todos lo reciben con alegría, o al menos con expectación.

-Es usted Hijo Predilecto de la Ciudad de Cádiz desde 2006 ¿Se siente querido y reconocido en su ciudad natal?

-Yo me siento muy querido en Cádiz. Cuando voy a Cádiz la gente me trata con una alegría y un cariño excepcional. Por supuesto que me siento querido en Cádiz. Y Cádiz tiene esa alegría y esa manera de aceptar y de compartir... ¡Cómo no!

-¿Va al Cambalache cuando viene a Cádiz?

-Ostras, hace años que no voy. Pero he ido mucho al Cambalache y anteriormente a La Chimenea, que era el sitio donde se hacía jazz, donde tocábamos con mi querido, Dios lo tenga en su gloria, Alfonso Gamaza, El Moderno. Y cómo no, Hassan, ha hecho mucho por mantener un club de jazz en Cádiz. El Cambalache es toda una referencia del jazz para Cádiz.

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