Carmen Moreno: "El mensaje que contiene 'Elia' para mi hija es que sea quien quiera ser"
Poesía
La escritora gaditana publica un “reivindicativo” poemario que retrata el miedo, la felicidad, el amor y los cambios experimentados en sus primeros cuatro años como madre
“Felicidad y miedo”, desnuda la periodista Cristina Fallarás la maternidad de Carmen Moreno en el prólogo que escribe para Elia, el último poemario de la escritora y editora gaditana. Un libro colmado de amor, de algunas oscuridades pero, sobre todo, “de reivindicación”, de “miguitas de pan” entre versos que dibujan el único camino que la poeta espera que siga su pequeña: “El mensaje que contiene este poemario para mi hija es que sea quien quiera ser”.
Hace cuatro años Carmen Moreno, junto a su mujer Meli, se convirtió en madre y con la llegada de Elia su mundo –como todos los mundos en los que irrumpe un nuevo ser– se volvió del revés, se desordenó y se reordenó dejando tras de sí una nueva distribución de prioridades, urgencias e insomnios. “Nadie te cuenta que cuando te conviertes en madre se instala en ti un miedo que ya te va a acompañar toda la vida” ríe la poeta que lo enfrenta y combate no sólo el instinto de protección que agudiza la descendencia sino con “mucha reivindicación”, “este poemario está lleno de reivindicaciones”.
“Elia habla de todo lo que me ha enseñado ser madre y, sobre todo, de todos los miedos que me gustaría que mi hija no tuviese y que yo tuve. Habla de cómo a veces el mundo en el que vivimos hace que sientas que haber nacido niña sigue siendo un estigma porque el mundo sigue siendo de los niños”, explica Moreno sobre unos poemas que se convierten “en una reflexión” desde la madre a la hija, a la par que un testimonio honesto y depurado de cómo la maternidad ha cambiado la vida de la autora y editora del sello Cazador.
Por ello, parece lógico que la autora coloque a Elia, “junto a Cuando dios se equivoca”, encabezando la lista de sus poemarios “más queridos”, “los que son más yo aunque en diferentes momentos de mi vida”, reconoce. “Bueno –corrige rápidamente– aunque podríamos decir que se trata de mi libro más impersonal porque Elia dice que es su libro, que yo sólo lo he escrito”, ríe sobre la verdadera autora de la obra que en las firmas (“cuando voy a las firmas siempre lo hago con ella”) “necesita mucha más hoja que yo para explayarse”, descubre.
Con todo, no va descaminada la niña ya que es su presencia, el cierre de, alguna manera, “de su primer ciclo vital” el que ilumina la última obra de Carmen Moreno. “Efectivamente el poemario se empezó a escribir cuando ella nació y se ha ido escribiendo hasta ahora. Ahora, cuando Elia ha cumplido cuatro años y te das cuenta que ha habido un punto de inflexión en su personalidad. Me parecía muy curioso reflexionar sobre cómo ha sido su evolución y la mía en estos cuatro años, desde que era un bebé hasta que ese momento en que te dice eso no me lo voy a poner”, delimita la literata sobre el cierre de un periodo que en además ha notado “aún más el cambio” porque Elia, que tiene disfasia (un pequeño retraso en el habla “agudizado por el uso de mascarillas que impiden ver cómo modulamos”, asegura), ha empezado “a hablar muchísimo mejor”, “a expresarse, a soltarse e incluso a contar cuentos, y eso ha ocurrido ahora a los 4 años así que para mí ha sido una fecha importante”, decide.
Pero, sin duda, el principal reto que le planteaba a la poeta su última obra ha sido el de “distanciamiento”, “el no caer en la ñoñería”. Y es que la escritora recuerda que la poesía “no es vomitar sentimientos” sino que se trata de “un trabajo de limpieza, de trabajo, de depuración del lenguaje para decir exactamente lo que quieres decir desde el sentimiento”.
Así, la autora reconoce que ha sido “muy complicado” mantener esa distancia en unos versos que hablan de la relación con su hija. “Cuando hay tanta sentimentalidad es muy fácil caer en el sentimentalismo pero hay que procurar distinguir que en ese momento, aunque la quiera, no es un sentimiento, en ese momento ella es un verso”, dilucida.
De esta forma, ese tono reivindicativo que empapa todo el libro ha ayudado “muchísimo” Moreno a mantener esa distancia de seguridad recomendable para afrontar la escritura de Elia. “Y también fijarme en mi infancia, y en las mujeres que me han rodeado. Porque, si lo piensas, tu infancia y la de tu hija no se parecen en nada, y ya nosotros teníamos muchas cosas... Nosotras teníamos madres que, primero, tenían más de un hijo, no era lo habitual el hijo único, así que ya tenías que compartir desde el principio, y, después, la cantidad de mujeres que yo he tenido a mi alrededor con una fortaleza y una determinación me ha ayudado mucho a escribir estos poemas. Por último, mirarme a mí misma con espíritu crítico ha ayudado a tomar esa distancia que necesitaba.... Creo que sobre todo esa ha sido la clave, cultivar ese espíritu crítico conmigo misma y con los demás”, decide.
El resultado es una obra editada por Cazador –“y por eso mismo que es mi editorial antes de publicar he querido que pasara el filtro de cuatro personas diferentes: José Manuel Jaén Bermuz, Bea Aragón, Elia Barceló y Cristina Fallarás”, aclara– dividida en tres partes: El inicio de la historia, tres poemas introductorios que nos sitúa antes del nacimiento de Elia; Elia como viento verde, donde ya de manera generosa Moreno profundiza en esos “primeros momentos de pánico”, del “tan chica que se me va romper” que han sentido todos los padres cuando han tomado a sus hijos en sus primeros meses de vida; y Lejos de ser madre, donde encontramos ya una niña que comienza a forjarse su personalidad y a una madre que le recuerda que por ahora su única obligación en la vida “es la de ser feliz”. “Es otro delos grandes mensajes que tiene para Elia, que haga lo que haga en el futuro, que se feliz. Quizás se lo repito tanto porque nuestra generación no lo está siendo, porque en nuestra generación hay una insatisfacción de fondo muy fuerte...”, baraja.
La autora
Carmen Moreno (Cádiz, 1974) se licenció en Filología Hispánica y en la actualidad dirige la editorial Cazador de Ratas, aunque también es asesora técnica de cultura por el Ministerio de Igualdad, guionista y profesora de creación literaria.
Como escritora, Moreno ha publicado numerosas obras entre las que cabe citar el libro de relatos Tocando el cielo y los poemarios Plano urbano, Más que morir e Irremediablemente. Deconstrucción.
Además, cuenta con diferentes galardones por su trayectoria literaria como el Premio Nacional de Relato Corto Fernando Quiñones, Premio Nacional de Poesía Pilar Paz Pasamar o el Premio Internacional de Poesía Francisco de Quevedo.
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