Un nuevo tramo de las murallas de Cádiz vuelven a quedar al descubierto al hilo de las obras de peatonalización de la plaza de España. Concretamente se trata de la cimentación de la antigua estructura muraria, que es la continuación del lienzo de San Carlos que fue derribado en el primer cuarto del siglo XX para la urbanización de la zona.

Restos de la cimentación de las murallas.

La obra, que está en curso, contempla salvar los restos de esta cimentación, "por lo que se va a realizar una pequeña modificación del proyecto que ya tiene el visto bueno de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, para así instalar las canalizaciones", según afirman las fuentes municipales.  De hecho, las obras continúan su curso sin que sea necesaria la paralización de las mismas.

Según el arqueólogo que está al frente de estos trabajos, el hallazgo de esta cimentación "se preveía en el proyecto", y "no son restos que entrañen gran valor arqueológico".

Un derribo que comenzó en 1906

A principios del siglo XX comenzó el derribo de las murallas de Cádiz, primero en su tramo de la Puerta del Mar, que se ubicaba frente al Ayuntamiento, y que continuó por sus dos brazos: uno rumbo a la fábrica de Tabacos, que la rodeaba, y otra camino de San Carlos, que es la zona cuya cimentación hoy resurge.

Justo por San Carlos, la muralla protegía casi muro con muro al histórico edificio de la entonces Aduana, hoy Diputación y en su origen Casa de la Contratación. La fortificación seguía a la altura de las viviendas, entre ellas la Casa de las Cinco Torres y las fincas exteriores del barrio de San Carlos, hasta llegar al baluarte de San Carlos.

Esta iniciativa supuso la reordenación, mejora y urbanización de la zona, que se tradujo en la apertura del paseo de Labra, que se inauguró en 1912, justo en el centenario de la Constitución y que conectaría esta zona con Canalejas. Este mismo año se aprobó la construcción del monumento de la Pepa.