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concert music festival 2023

El pacto innegociable de Vanesa Martín con Chiclana

Vanesa Martín en Concert Music Festival.

Vanesa Martín en Concert Music Festival. / Miguel Gómez (Chiclana)

Innegociable e irrompible es el pacto en canciones que parece tener Vanesa Martín con su público. Algo guardan sus mensajes, su sensibilidad, que traspasa cualquier escenario y permanece en al ambiente. Viven y sobreviven sus melodías por sí mismas y crean una burbuja de sensaciones que se retroalimenta a través de ese resorte tan complicado de poner a funcionar como es la conexión artística.

Lo consiguió de nuevo la malagueña, Chiclana se volvió a rendir en su visita a Concert Music Festival, este pasado lunes, y ella, además, lo supo agradecer dándose por completo, porque no se entiende un concierto de Vanesa Martín a medias, sino hasta las últimas consecuencias. Para comenzar, tiró la cantante y compositora de literatura, de Virginia Woolf: “el único valor seguro es el propio placer”. De eso y más fue la noche, de Placeres y pecados –el título de su último disco–, pero también de confesiones, anécdotas convertidas en canción y orgullo de ser y expresar.

Así, en un momento del recital Vanesa Martín quiso definir su tarea como creadora y sus pretensiones para con los sentimientos: “hay una filosofía de vida en mis canciones. No entienden de ideología ni de partido político, sino de progreso, de igualdad de oportunidades, de igualdad de género. Las etiquetas son malas porque definen y limitan, pero a veces hay que reivindicarlas. En mis canciones hay libertad, rebeldía, confianza, ganas de sorprender y de que me sorprendan. Hay placer y hay pecado. Y, por encima de todo, naturalidad y respeto”. Nada más que añadir.

El público disfrutó mucho de la propuesta de la artista malagueña. El público disfrutó mucho de la propuesta de la artista malagueña.

El público disfrutó mucho de la propuesta de la artista malagueña. / Miguel Gómez (Chiclana)

Comenzó la velada con el listón bien alto con Frenar enero y Nunca me conoció. “¡Qué locura! Muchísimas gracias por habernos elegido esta noche y en este festival, que cada año va creciendo como el efecto bola de nieve. Nos encanta venir. Presentarse en esta tierra de luz y arte es un regalo”, arrancaba Martín el espectáculo de Sancti Petri. Mostraba la artista al respetable sus canciones como quien recita las cláusulas de ese contrato indeleble al tiempo, cuya mejor firma es el aplauso incondicional.

“La vida es muy corta y el pensamiento muy rápido y paralizador. Vamos a fluir, compartir, conocernos...”, invitaba a disfrutar en su parlamento antes de interpretar Mejor de lo que contaste, Dinamita –un medio tiempo perfecto para cerrar bares tras una intensa noche de juerga y confidencias–, e Imán: “somos sencillamente complejos. Cuando la historia fluye demasiado rápido, a veces nos ponemos trampas”, contaba sobre esta melodía de las pasiones imposibles. “Maldito imán de las cosas difíciles, de momentos difíciles”. Uf, duele.

El tema ‘He sido’ supuso el momento más reivindicativo de la noche en Sancti Petri

Compleja como es la idiosincrasia del artista, Vanesa Martín quiso mostrar también a todas las mujeres que habitaban su talento –a la guitarra, al piano o con el juego y los quejíos de su garganta– con canciones como Inventas, Si pudiera –cerró esta composición sobre la resignación del adiós con un beso al aire–, Te has perdido quien soy y Cuando no estabas: “siempre he pensado que segundas partes nunca fueron buenas, pero la vida te sorprende”, narraba sobre una canción –escrita con Pablo del grupo Morat– acerca de la segunda vuelta de una pareja “que lleva ya tres años de relación”, tanto como su idilio con Sancti Petri.

Vanesa Martín, en su concierto de Chiclana de este pasado lunes. Vanesa Martín, en su concierto de Chiclana de este pasado lunes.

Vanesa Martín, en su concierto de Chiclana de este pasado lunes. / Miguel Gómez (Chiclana)

Más acústica, la cantautora enlazó 9 días, Sintiéndonos y Verano eterno. “¿Alguna canción que, de repente, os gustaría en especial ahora?", preguntaba la artista, abierta a peticiones. La demanda era tal que el concierto pudo haberse extendido un día entero. “Me encanta porque parece que estamos jugando a las películas”, contestaba. Y así fueron cayendo Perdiendo el equilibrio, 90 minutos –“¡qué bonito cantáis!”, expresaba ante el acompañamiento del público– y la muy emotiva Punto y coma.

Pero aún quedaba mucho más que cantar, sentir y reír. Tras Complicidad y haciendo gala de ese concepto, contaba la cantante que estuvo a punto de salir de entre bambalinas con un botón cojo en su vaporoso y floreado vestido. “¡Y con la guasa que hay en Cádiz! Esto me pasa en Pontevedra... En Cádiz no se pueden hacer ciertas cosas”, bromeaba. Pero poca broma ante el repertorio que quedaba. De tus ojos, Marzo, Y yo latiendo, La vida es otra cosa, No te pude retener –¡vaya historia la de esta historia cuya génesis contó completita–, Polvo de mariposas, La piel, Arráncame, Toscana, Aún no te has ido, Quién lo diría –dedicada a la pequeña María– y “una canción que gracias a vosotros tuvimos que editar en 24 horas, en un arrebato la canté y ya es vuestra. Una especie de himno, muy liberador”. Y el escenario y la pista se llenaron de arcoíris y reivindicación de derechos, con el eco de I will survive muy presente y karaoke en la pantalla para cantar a la libertad y al unísono He sido.

En los bises sonaron Mi amante amigo, Como un billete de avión e ...Y vuelo, y en el acompañamiento sonoro estuvieron Juanma Montoya, Francis Martín, Tomás Rodríguez, Alba Haro, Joaquín Calderón y Daniel González Taketo, bajo la dirección de Alberto Miras.

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