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Pedro Delgado Rodríguez | Enfermero y Rey Gaspar de Cádiz

"Lo único positivo que me llevo de este año tan duro es mi nombramiento como Rey Mago"

  • Enfermero de la planta octava del Puerta del Mar durante toda la pandemia, se contagió en abril y necesitó ser ingresado. "Lo pasé mal, pero ya vuelvo a estar feliz en mi puesto de trabajo".

Pedro Delgado en el Paseo Marítimo de Cádiz.

Pedro Delgado en el Paseo Marítimo de Cádiz. / Jesús Marín

A Pedro Delgado siempre le emocionaron los Reyes Magos. Como si fuera un niño atrapado en un corpachón, de mirada noble, voz fina, suave, lenta, casi relajante, este gaditano de 51 años no podía imaginar cuando veía con la ilusión de siempre la cabalgata de Sus Majestades de Oriente de este complicado 2020 que al enero siguiente sería él quien tendría la misión de encarnar a Gaspar. Claro que si para firmar el encargo le exigieran tener que enfrentarse a una pandemia primero y luego sufrir al virus en sus propias carnes, llegando a estar ingresado en la misma planta del Puerta del Mar donde presta sus servicios como enfermero, seguramente que la respuesta habría sido que nones.

Pedro, ya recuperado de la covid y reincorporado a su puesto, envía un mensaje de ilusión y esperanza para este nuevo año en el que, se supone, la humanidad debe recuperar algo de esa añorado vieja normalidad. “El año pasado vi la cabalgata enterita en Onda Cádiz y me emocioné, así que imagina la que me entra sólo de pensar que este año voy a ser yo el Rey Gaspar. Son cosas que te superan. En la vida te imaginas que vayas a encarnar a un Rey Mago de tu ciudad”.

La cuestión además es que nuestro monarca de Oriente lo pasó regular. “Sí que lo pasé mal. Pero bueno, ya está superado, gracias a Dios, porque de esto también vamos a salir. Aunque es duro y estamos perdiendo a gente por el camino. Es duro para los enfermos, para las familias y también para los profesionales que tenemos que atenderlos en momentos tan delicados”.

Pedro acudió al traspaso de coronas de los Reyes Magos en el Ayuntamiento ataviado con su uniforme de trabajo. “Es que nosotros no tenemos uniforme de gala, como la Policía por ejemplo, así que pregunté si podía ir con mi bata verde y eso hice. Se trataba un poco de representar a mi gremio”.

Tras superar la infección en abril se incorporó a trabajar en mayo, “aunque es verdad que a veces todavía, sobre todo al principio, sentía que me faltaba el aire. Al principio pensaba que podían ser nervios, pero no, nada de eso. Yo camino todos los días hora y media o dos horas y sin embargo cuando tenía que hacer un esfuerzo, subir dos escalones de golpe, notaba que me falta el aire. Cada vez siento menos ese síntoma, eso sí”.

Al preguntarle si teme una reinfección al tratar con pacientes positivos que se encuentran en su planta, la octava, indicó que “nos han dicho que las células tienen memorias y que durante un tiempo estaremos protegidos, aunque como todo es tan nuevo, pues no sabemos. La verdad es que en mi planta es donde más protegidos estamos porque ahí sabemos que todos los que están son positivos. No hay visitas, que en otras plantas ha ocurrido que ha venido gente de la calle y ha traído el virus sin saberlo. En nuestro caso no. Yo estoy muy feliz de seguir en mi puesto de trabajo”.

Pedro reconoce que no va a olvidar en su vida el 2020. “Tanto en lo positivo como en lo negativo. En lo malo por la enfermedad, no sólo por el hecho de haberlo pasado yo claro, sino por la cantidad de personas que están muriendo. Nosotros somos los pies y las manos de la gente que se está muriendo en esos últimos 15 o 20 días. Somos los que les gastamos bromas, intentamos animarlos, aunque sea difícil. Porque muchos familiares no se atreven a entrar. Y por lo único positivo, pues por el nombramiento claro, que ha sido algo muy bonito y muy especial”.

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