–Tras seis décadas de música, ¿cómo se toma actualmente su profesión? ¿Siente la misma responsabilidad de los comienzos? ¿Se sigue emocionando igual?

–La vida cambia todo y uno es más maduro, tiene mayor responsabilidad con lo que hizo. Pero las ganas de continuar mi trayectoria artística son las mismas. Soy un profesional mucho más atento, comprometido con mi responsabilidad. Y me emociona mucho más porque estoy más tranquilo para tocar. Siento la emoción de una forma más pura.

–¿Qué ha sido lo más bonito que le ha transmitido el público?

–La excitación de ellos. Cuando hay una aceptación general en muchas partes del mundo, la realización artística es enorme, fantástica, saber que tu voz llegó al corazón de una, diez, mill, millares de personas. Esa dimensión todavía exactamente no la tengo, nadie la tiene. Pero la música tiene mucho poder, de eso estoy seguro.

–¿De qué siente más satisfecho?

–Me siento muy satisfecho porque veo que mi música se queda en la vida de las personas a través de los años. Pasan las generaciones y quedan las canciones. Y las nuevas también llegan de una forma siempre viva. Tengo un trabajo para niños, son cuatro discos, que se perpetúa en el tiempo. Los papás oyeron las mismas canciones que los hijos están oyendo.

"Puedes ser eterno en tu obra con todos los colores nuevos que se te presentan en el mundo"

–¿Qué tipo de espectáculo veremos este viernes en Chiclana?

–Tiene relación con mi vida, mis compañeros de trabajo, las personas que más me influenciaron. Hago una parte instrumental de una forma bien verdadera, también canciones nuevas y viejas que me hicieron llegar al escenario. Estoy muy bien acompañado por una de las mejores cantantes de Brasil hoy, Camilla Faustino. Tiene una facilidad de cantarlo y bailarlo todo y una musicalidad fantástica.

–Enamorado y maestro de la guitarra, ¿se sigue sintiendo de alguna manera un aprendiz?

–Siempre, no sólo del instrumento, sino de la vida. Estoy conectado con todos los jóvenes que tocan, atento a las personas principiantes porque pueden tocar una cosa que yo no sepa. La humildad en la música es fundamental para quien quiere crecer.

Toquinho junto a la cantante Camilla Faustino.

–En ese sentido, ¿qué opina de las nuevas formas de hacer música, con programaciones y sin prácticamente instrumentos?

–Un artista puede aprovechar todo eso sin perder su ADN, su personalidad y valores. Grabé en Brasil canciones mías, ya eternas, que están en la memoria del público, con colores distintos, nuevos. El título del proyecto es Nuevos colores y eternas canciones. Creo que se debe y se puede usar todo. El artista tiene que ir donde están las cosas nuevas. Para ser eterno no hace falta ser moderno. Puedes ser eterno en tu obra con todos los colores nuevos que se presentan en el mundo que vives, con su periferia tecnológica. Basta conectarse con todo lo que hay nuevo en el entorno. Es lo que hago y haré siempre que surjan nuevas tendencias y caminos.

–Artistas españoles han versionado en varias ocasiones su clásico Acuarela. Usted incluso colaboró en Comerte entera de C. Tangana. ¿Qué nombres le apasionan de nuestra música ?

–Grabé con Serrat, admiré y admiro mucho a Paco de Lucía, Vicente Amigo es un gran guitarrista... Tienen tantos valores que a mí me gustaría poder trabajar con todos, pero es imposible. Pero estoy siempre abierto para una invitación de un artista grande.

–Hace muy poquito fallecía Astrud Gilberto. ¿Qué legado queda hoy de esos artistas que mostraron la bossa nova al mundo?

"Brasil es mucho más grande que Bolsonaro y Lula. Tenemos una estructura democrática muy fuerte”

–Tiene continuidad siempre porque la bossa nova es eterna, está en todas partes con la forma de tocar, de interpretarla, en cómo se viste la canción. No hablo de una canción, sino de la forma de tocarla. El legado de João y Astrud Gilberto, Tom Jobim, Vinícius de Moraes, Baden Powell ya es eterno, son grandes estructuras de la música brasileña.

–Brasil ha vivido en los últimos años una ola de conservadurismo político hasta el retorno de Lula. ¿Cómo ve las libertades hoy en su país y cuál es su compromiso con la democracia?

–La democracia es fundamental, quiere decir libertad, derechos humanos, respeto a las leyes. No creo para nada que Brasil tenga una estructura frágil, a punto de comprometer nuestra democracia. Y tampoco veo el conservadurismo como barrera de libertad, ni con Bolsonario ni con Lula. La estructura democrática está muy fuerte, ningún hombre llegará a ponerla en peligro. Las cosas continúan, cada uno con su estilo. Brasil es mucho más grande que Lula y Bolsonaro.

–¿Cuál será su legado?

–Esa dimensión yo no la tengo –ríe–. Me sorprendo con mi vida, mis fronteras cada día. El alcance de las canciones es totalmente inconmensurable. El legado que dejaré seguramente será verdadero. Las cosas se hicieron de la mejor forma posible en las épocas en que las hice y en las que las haré.