El Ayuntamiento de Puerto Real está desbordado. Dice no tener suficiente personal para el mantenimiento de solares en los que la maleza se acumula y la solución que han encontrado es probar a contratar a una cuadrilla muy particular formada por un rebaño de ovejas.

Los problemas para mantener algunos solares han aumentado desde que se prohibió en la localidad el uso del glifosato como "principio de precaución", basándose en estudios que indican que este componente de los herbicidas más comunes tiene "efectos muy tóxicos sobre la salud y el medio ambiente".

Esto no solo ocurre en las parcelas municipales. Hay otras en las mismas circunstancias cuya titularidad no es del Consistorio. Algunas pertenecen a promotoras inmobiliarias o a entidades públicas como SEPES o Adif, a quienes el Ayuntamiento ha reclamado en numerosas ocasiones que cumpla con el deber de conservación que, por el momento, no ha tenido respuesta.

Esa situación se da en un solar abandonado al final de la calle Tierra, en la plataforma superior de la vía soterrada, donde su titular, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), no actúa. El Ayuntamiento dice no poder intervenir porque no tiene ni maquinaria ni personal para trabajar en una zona que, además, no es de su competencia.

Pero las quejas vecinales por el estado de la zona son continuas y se dirigen a la administración local. Ante eso, la alternativa que ha encontrado el equipo de Gobierno es el "ecopastoreo".

La concejalía de Medio Ambiente ha contactado con un pastor de la localidad que lleva sus ovejas a pastar a la zona de entrevías, que prácticamente linda con la parcela "abandonada" de la calle Tierra, y le han propuesto que pase con su rebaño por la parcela de Adif para que las ovejas hagan de cortacésped natural. Así se espera que esta nueva cuadrilla realice el trabajo de adecentamiento de una forma que no ha dejado indiferente a quienes han conocido la noticia.

Según la responsable municipal de Medio Ambiente, María Merello, esta medida ya se ha consultado con algunos vecinos de la zona, especialmente con aquellos que reclamaban el adecentamiento del solar, que la han visto con buenos ojos. "Plantearon algunas dudas que el personal municipal les ha resuelto y están de acuerdo", asegura.

En cualquier caso, Merello explica que se trata de una experiencia piloto para esa parcela en concreto, que se está trabajando sobre ella para ver qué resultado tiene y que "no significa que se vaya a llenar la ciudad de ovejas o cabras".

El uso de animales como cortacésped natural no es novedad. Ya lleva algunos años funcionando en ciudades como París o San Sebastián, con buenos resultados.