La Guardia Civil desarticula en Chiclana una organización criminal que se hacía pasar por técnicos de teleasistencia para robar a mayores en sus hogares

La operación se ha saldado con la detención de tres personas, que establecieron su base estival en un chalet alquilado

De momento se han esclarecido 10 robos en la provincia y se tiene constancia de que este grupo ha actuado en las provincias de Madrid, Toledo, Zaragoza, Segovia, Burgos, Sevilla y Córdoba

Desmantelada en Chiclana una red que almacenaba combustible para el narcotráfico: 20.000 litros por semana

Momentos en el que los efectivos sacan a los detenidos de la vivienda.
Momentos en el que los efectivos sacan a los detenidos de la vivienda. / Lourdes de Vicente

Poco después de las seis de esta madrugada un dispositivo formado por más de una veintena de efectivos de la Guardia Civil irrumpía en un chalet del Camino Islas Azores de Chiclana. Y lo hacía de manera precisa, casi quirúrgica, siendo discreto y silencioso en los momentos previos a la detención para no alertar a los delincuentes. Tan sólo los perros del vecindiario se percataron de la presencia de los agentes y los recibieron con sus ladridos. Todo fue rápido, sobre ruedas. De hecho, el dispositivo se encontró con la cancela corredera sin la llave echada y la puerta de la vivienda cedió al primer golpe de ariete. Dentro, los inquilinos se despertaban sobresaltados al aviso de "¡Guardia Civil!". Aún quedaba para que el sol asomase.

Este miércoles la Guardia Civil desarticulaba en Chiclana una organización criminal itinerante que se encargaba de desvalijar hogares de mayores en situación de vulnerabilidad o soledad. Para entrar en sus domicilios, los delincuentes se hacían pasar por técnicos del servicio de teleasistencia, contactando previamente por teléfono con las víctimas para concertar una visita en la que, supuestamente, solucionarían unos problemas de señal y cobertura detectados en los dispositivos de este servicio.

La Guardia Civil, entrando en el chalet tras abrir la puerta a golpe de ariete.
La Guardia Civil, entrando en el chalet tras abrir la puerta a golpe de ariete. / Lourdes de Vicente

La intervención de la Guardia Civil, enmarcada en la operación Auxilium Remotum, se ha saldado por el momento con la detención de dos hombres y una mujer, todos ellos de etnia gitana, que establecieron su base de operaciones estival en un chalet alquilado durante los meses de julio y agosto. A los detenidos se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa y hurto en casa habitada.

El alto tren de vida que llevaban los detenidos facilitó su seguimiento. Además de alquilar un chalet con piscina en Chiclana durante un par de meses en plena temporada turística, también arrendaron un coche de alta gama y eran amigos de la fiesta y el derroche. De hecho, tras la inspección de la vivienda, que concluyó por la mañana, apenas se incautaron 3.000 euros en efectivo. También se incautaron dos vehículos y una serie de joyas pendientes de identificación.

Más allá de los detenidos, el dispositivo se encontró con un chalet mucho más concurrido de lo previsto, ya que una serie de familiares acudieron de visita y en la vivienda se encontraban una quincena de personas, incluyendo niños y niñas, en el momento de la detención.

Los agentes registraron cada rincón de la vivienda.
Los agentes registraron cada rincón de la vivienda. / Lourdes de Vicente

Hasta el momento, se han esclarecido 10 robos cometidos entre julio y agosto en la provincia de Cádiz, pero el computo final podría subir de forma considerable. Se tiene constancia de que este grupo también ha actuado en las provincias de Madrid, Toledo, Zaragoza, Segovia, Burgos, Sevilla y Córdoba. La Guardia Civil no descarta que a los supuestos autores de estos delitos se les impute otros hechos conforme vaya avanzando la investigación.

En la intervención también han estado presentes miembros de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) de la Policía Nacional en la provincia de Cádiz, cuya labor en la operación fue determinante para confirmar los distintos robos en la provincia. Esta unidad aclara que además se tiene constancia de otra decena de robos cometidos por este grupo en la provincia de Madrid y que el cabecilla de esta organización, que salió de prisión a mediados de julio, acumulaba cinco órdenes de busca y captura.

Brecha digital, ventana de oportunidad

Llama la atención como estos delincuentes supieron encontrar en la brecha digital que tanto afecta a los mayores una ventana de oportunidad para cometer estos robos. Y es que las dificultades que muchas personas de avanzada edad tienen para adaptarse a las nuevas tecnologías y el desconocimiento de la terminología vinculada a éstas les convierte en presa fácil para estos engaños. Les deja en situación de vulnerabilidad ante delincuentes como estos, que abusan de su buena fe y de ganarse una confianza que no merecen.

Parte del botín que fue incautado en el chalet.
Parte del botín que fue incautado en el chalet. / Lourdes de Vicente

La investigación comenzó en Barbate

La operación Auxilium Remotum se inició el pasado 31 de julio tras el robo a una vecina de Barbate de 79 años de edad en su domicilio. La víctima relató que recibió la visita de un joven que se identificó como técnico del servicio de teleasistencia domiciliaria y que explicó que debía realizar diversas comprobaciones en los aparatos de este servicio debido a unos fallos de señal. En el momento de los hechos, esta mujer se encontraba acompañada por su hijo, que es una persona con discapacidad. De primeras no parecía importar que el aspecto del visitante no se correspondiese con el de los técnicos que estuvieron en la vivienda en anteriores ocasiones.

La visita del supuesto técnico vino precedida de llamadas telefónicas, en la que otro miembro de esta organización criminal se hacía pasar por un operador del servicio de teleasistencia. Esta persona le formulaba a la víctima preguntas, siempre de manera educada y mostrando un amplio conocimiento técnico y de la manera de proceder de este servicio, que por su contexto despejaba cualquier sospecha que pudiese albergar esta vecina.

Falsa inspección y huida

Una vez en la vivienda, el falso técnico le explicó a esta señora de avanzada edad que debía inspeccionar las distintas habitaciones de la casa para detectar el origen de las interferencias de la señal. Antes de iniciar la supuesta inspección, esta persona le pidió a la mujer que fuese sacando de las habitaciones todos los objetos metálicos para descartar falsas interferencias.

En un primer momento, la víctima retiró dos pequeños joyeros con alhajas y joyas de gran valor sentimental. Tras hacerlo, el falso técnico aproximó un billete a un supuesto escáner para hacerle ver que la banda metálica de seguridad del dinero también interfería la señal. Evidentemente, el escáner emitió un conveniente pitido para dar veracidad al engaño. Tras todo este teatrillo, el falso técnico le aconsejó a la propietaria de la casa trasladar a la cocina tanto las joyas como el dinero que hubiese en la vivienda.

Y es ahí cuando la víctima comenzó a sospechar de esta situación. El proverbial gato encerrado vino cuando, de buenas a primeras, el técnico de pega salió de domicilio justificándose de que tenía que bajar a su coche a por unas pilas para el mando del sistema. Tras abandonar esta persona la vivienda, de prisa y corriendo, la señora se acercó a la cocina para comprobar horrorizada que el supuesto técnico había huido llevándose las joyas y un sobre con todo el dinero que tenía en casa, un botín en metálico que asecendía a 3.600 euros.

Nada más percatarse, esta vecina salió corriendo gritando a viva voz y avisando a los vecinos. Pero ya nada se pudo hacer, cuando todos salieron por el ladrón éste ya se estaba montando en un coche en el que le esperaban varios compañeros para huir del lugar de los hechos.

Los agentes, custodiando a los detenidos en el salón de la vivienda.
Los agentes, custodiando a los detenidos en el salón de la vivienda. / Lourdes de Vicente

Vigilancia y seguimiento

La misma tarde de los hechos, la Guardia Civil desplazó al domicilio de la víctima a un equipo de la Policía Judicial para tomar huellas y tomar declaración a los testigos.

Después de numerosas investigaciones, seguimientos y numerosos rastreos en busca de procedimientos similares, los guardias civiles del área de Investigación de Barbate localizaron varias denuncias similares que se habían presentado en distintas localidades de la provincia y fueron atendidas en comisarías de la Policía Nacional.

Las investigaciones llevaron a identificar a J.C.D.S. natural de Madrid y de 29 años de edad, como la persona que accedió al domicilio y el cabecilla de la banda. A partir de aquí se sucedió una exhaustiva labor de seguimiento y vigilancia hasta localizar el chalet que habían alquilado este grupo como base de operaciones estival, el vehículo de alquiler que estaban conduciendo y las personas que lo acompañaban. Una labor que ha culminado hoy con una detención con la que se culmina casi un mes de arduo trabajo a pie de calle y de investigación.

Lamentablemente, todo apunta a que a poco que se siga avanzando a las pesquisas irán apareciendo nuevos casos de abuelos y abuelas a los que estos desalmados estafaron y robaron en sus propios hogares abusando de su confianza y desconocimiento.

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